EN LAS TRINCHERAS
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El Reverendo Padre Eladio Bordegaray se trasladó rápidamente, en un jeep (1), y acompañado por el Teniente de Aviación, Luque, a la Iglesia de Cristo Obrero, de donde retiró las formas consagradas.
Vuelto al lugar, el sacerdote comenzó a repartir la Sagrada Comunión por todos los puestos de combate. Los rostros cansados se acercaban devotos mientras las manos valientes seguían empuñando las armas.
Se acercaron a un puesto y preguntaron: ¿Cadete, quiere comulgar?
El muchacho respondió con tristeza:
¡No!
Un civil se acercó oportunamente al Teniente Luque para aclararle que aque

Interrogado el joven sobre si comulgaría con agrado, respondió francamente que sí. Entre tanto recrudecía la lucha y el fragor de la metralla no dejaba tiempo para una catequesis exhautiva; el Teniente da al Cadete la voz de firme y le pregunta:
-¿Cree en Dios?
-Si, creo.
-¿Cree en Jesucristo?
-Si, creo.
-¿Cree que Jesucristo está presente en la Hostia Consagrada?
-Si, Creo.
-Pues bien, arrodíllese y comulgue conmigo, yo voy a ser su “padrino”.
Así fueron a la lucha nuestros muchachos: con el alma al brazo y Cristo en el corazón.
P.G.C.
FUENTE: Revista “Nosotros los Muchachos” – Número Extraordinario – Septiembre 1955 – página 74.
NOTAS:
(1) El “jeep” es un tipo de vehículo todo terreno muy utilizado durante la segunda guerra mundial.
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