HOMENAJE A LOS OBREROS CAIDOS
Sr. Presidente (Benítez). – Tiene la palabra al señor diputado por la Capital.
Sr. Nudelman. – El sector de la Unión Cívica Radical adhiere al homenaje propuesto a los obreros caídos cualquiera sea la oportunidad de su lucha, en busca de mejoras colectivas.
El homenaje a los ferroviarios, sin embargo, no sería completo si no se recordase que fue precisamente en 1917, bajo la dirección del gobierno de Hipólito Yrigoyen que se señala una nueva conducta en defensa de los intereses nacionales y en la manera de encarar las soluciones reivindicatorias del proletariado.
En aquella huelga, en vez de proceder con la fuerza de las armas –está perfectamente documentado-, el ministro de Obras Públicas se dirigió al congreso de delegados ferroviarios, por sugestión de aquel gran presidente argentino, para solicitarle que permitiera la entrada a Buenos Aires de los trenes que transportarían leche para los hospitales y asilos de la ciudad. El pedido fue aceptado, a condición de que los trenes fueran manejados por los huelguistas; que llevaron en la parte delantera la señal de autorización del comité de huelga y que el transporte se efectuara desde cuarenta kilómetros de distancia como máximo. Por eso el homenaje sería incompleto si no señalara al mismo tiempo que esos hechos marcan una diferencia substancial de aquella política, en materia de tratamiento con los gremios obreros, con esta otra que se usó en la huelga ferroviaria de 1951, en que después de ser movilizados militarmente fueron dejados cesantes cinco mil obreros y dos mil encarcelados…
Sr. Presidente (Benítez). – Tiene la palabra al señor diputado por la Capital.
Sr. Nudelman. – El sector de la Unión Cívica Radical adhiere al homenaje propuesto a los obreros caídos cualquiera sea la oportunidad de su lucha, en busca de mejoras colectivas.
El homenaje a los ferroviarios, sin embargo, no sería completo si no se recordase que fue precisamente en 1917, bajo la dirección del gobierno de Hipólito Yrigoyen que se señala una nueva conducta en defensa de los intereses nacionales y en la manera de encarar las soluciones reivindicatorias del proletariado.
En aquella huelga, en vez de proceder con la fuerza de las armas –está perfectamente documentado-, el ministro de Obras Públicas se dirigió al congreso de delegados ferroviarios, por sugestión de aquel gran presidente argentino, para solicitarle que permitiera la entrada a Buenos Aires de los trenes que transportarían leche para los hospitales y asilos de la ciudad. El pedido fue aceptado, a condición de que los trenes fueran manejados por los huelguistas; que llevaron en la parte delantera la señal de autorización del comité de huelga y que el transporte se efectuara desde cuarenta kilómetros de distancia como máximo. Por eso el homenaje sería incompleto si no señalara al mismo tiempo que esos hechos marcan una diferencia substancial de aquella política, en materia de tratamiento con los gremios obreros, con esta otra que se usó en la huelga ferroviaria de 1951, en que después de ser movilizados militarmente fueron dejados cesantes cinco mil obreros y dos mil encarcelados…
-Varios señores diputados hablan simultáneamente.
Sr. Nudelman. – …muchos de ellos torturados, como los magníficos dirigentes de La Fraternidad, por defender la autonomía sindical frente a la imposición autoritaria que se manejaba desde las esferas del gobierno.
Yo he tenido el honor de compartir la cárcel con esos formidables valores del proletariado bajo la imputación de ser dirigente ferroviario, aunque sólo conocía los ferrocarriles por haber viajado alguna vez en ellos. Allí estreche amistad y eso debo agradecerle al gobierno, con dirigentes que realmente honran al país por su dignidad y valentía frente a los que se someten a los dictados del que manda y hay que obedecer. Ellos, desde la cárcel, dieron ejemplo de conducta y enseñaron a los obreros argentinos como junto con el pan hay que defender la libertad, porque cuando se pierde la libertad también se pierde el pan de cada día.
La fuerza sin derecho no consiguió su objetivo final. Está latente en el espíritu de los trabajadores el sentido de justicia que anima la causa que defendían.
Mientras tanto, estos hechos permiten señalar la diferencia de trato de aquel entonces y de ahora, frente a las reivindicaciones proletarias y los casos de los obreros Aguirre y Núñez, muertos en las mazmorras policiales…
- Hablan varios señores diputados a la vez, y suena la campana.
Sr. Miel Asquía. – El señor diputado Nudelman está derivando el homenaje hacia el debate político. (1)
Sr. Presidente (Benítez). – La presidencia invita al señor diputado por la Capital a ajustarse al homenaje.
Sr. Nudelman. – El homenaje a los caídos en el año 1917 lo estoy haciendo extensivo a los caídos en 1951, obreros ferroviarios encarcelados y ametrallados por el actual gobierno.
-Suena la campana.
Sr. Nudelman. – Con ese claro sentido, adherimos al homenaje propuesto.
- Hablan varios señores diputados a la vez.
Fuente: “Justicia Social”, Santiago I. Nudelman – Buenos Aires 1953 página 29 a 31.
NOTAS:
(1) El varias ocasionas la mayoría peronista utilizara esta herramienta para silenciar a los solo siete legisladores opositores que tiene la oposición durante los años del mandato de Nudelman. Con sentido antidemocrático y totalitario, la reforma al sistema electoral impulsada por el tirano Perón hizo que injustamente en relación a los votos obtenidos, la oposición solo contara con escasas bancas. Esta abrumadora mayoría y la ideología totalitaria del peronismo hacían que cuando querían callar a un opositor decidieran por “votación” cerrar el debate, o “que estaba fuera de la cuestión”. Lo más importante para el régimen peronista era que se ocultara siempre y a todo precio los abusos de poder y para eso, cualquier método era válido.
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