Lo que usted encontrará en estas páginas son documentos históricos del período, sus transcripciones textuales y comentarios con citas y notas para comprenderlos mejor. Lea aquí la historia del peronismo que se oculta, se niega o tergiversa para mantener un mito que no es.

Contenidos

TENGA EN CUENTA: Que vamos publicando parcialmente las transcripciones a medida que se realizan. El trabajo propuesto es ciertamente muy extenso y demandara un largo tiempo culminarlo. Por eso le aconsejamos volver cada tanto para leer las novedades.

Publicidad

 photo Estudio-juridico-puricelli-pinel450x100_zpsdea8ab8a.gif

Comisión 12 Comisión Nacional de Energía Atómica (Capítulo IV)

volver al INDICE


Capítulo IV
¿Quiénes fueron los responsables científicos del proyecto Huemul?

1. Se trata ahora de decidir quiénes recomendaron científicamente a Richter y apoyaron la posibilidad de que obtuviera la liberación de energía atómica mediante reacciones termonucleares controladas.

2. Su vinculación con la Argentina comienza cuando Kunt Tank lo propone para venir al país (capítulo I, punto 1).

3. El mismo Kurt Tank lo vincula primeramente con los brigadieres San Martín y Ojeda (capítulo I, punto 4) y con el ex presidente Perón. De una conferencia con éste arranca la vinculación oficial de Richter con instituciones argentinas, comenzando por un contrato celebrado con la Secretaría de Aeronáutica (véase capítulo VII. punto 1).

4. Hemos visto, además (capítulo III, punto 21), que Kurt Tank fue el vehículo que utilizó Richter para hacer llegar a personas encumbradas sus extrañas ideas científicas. Con ello tenía dos ventajas:
1º No se comprometía personalmente;
2º Se respaldaba en el prestigio de que gozaba Kurt Tank (1) como ingeniero diseñador de aviones, ya que algunas de las personas a quienes se dirigía tal vez no percibían muy bien la diferencia que media entre un técnico de esa especialidad y físico atómico.

5. A partir de mediados de 1949 figura el coronel Enrique González como agente de enlace entre Perón y Richter, con la misión de cuidar que este “trabajara con la más absoluta independencia y que se le facilitaran todos los asuntos para poder encarrilar su investigación” (foja 128, vuelta).
El coronel González no es técnico y aceptó como buena la recomendación de Tank, “quien siempre insistió sobre los méritos científicos de Richter” (foja 129). Por consiguiente, también lo apoyó, “en un mismo plano de entusiasmo” con Perón, según declara Richter (foja 32).

6. A juicio de esta Comisión, Kurt Tank fue el primero y mayor responsable científico de la iniciación y puesta en marcha del “proyecto Huemul”. Ya hemos comentado (capítulo III, punto 24) la intervención de este personaje, actualmente ausente de nuestro país (2).

7. Además de Tank, el reverendo padre Bussolini (3), del Observatorio de Física Cósmica de San Miguel, aparece mencionado con mucha frecuencia por varios testigos y por el propio Richter, entre las personas que hubieran podido contribuir a prestigiar científicamente el proyecto. Sin embargo, el padre Bussolini ha declarado (foja 207) “que la primera vez que tuvo conocimiento de la existencia de Richter fue cuando éste concurrió al observatorio San Miguel a solicitarle un tubo Geiger para experiencias que estaba realizando en Córdoba” (véase Nº 12). Luego de ello no tuvo más contacto con Richter, sino cuando fue citado a la Casa de Gobierno para asistir a las declaraciones del ex presidente Perón respecto de los éxitos logrados por Richter (24 de marzo de 1951).

8. El profesor Kurt Fraenz declara a fojas 261 y vuelta que conoció a Richter “oficialmente, en una reunión que tuvo lugar en el Ministerio de Defensa en los meses de marzo o abril de 1950, según cree, en cuya oportunidad fue investigado por el general Henneckens, director general de Fabricaciones Militares, en cuya repartición el declarante trabajaba…”. “En esa primera reunión habló en primer lugar el padre Bussolini, quien se refirió en términos generales a la estructura del átomo. A continuación el ex presidente Perón presentó a la concurrencia a Ronald Richter, diciendo entre otras cosas: “Ahora es nuestro, porque ya ha obtenido la carta de ciudadanía”. Esta última mención fija aproximadamente la fecha de la conferencia, que debió ser pocos días después de que Richter obtuviera su carta de ciudadanía que le fue otorgada el 22 de marzo de 1950 (foja 252).

9. Conviene hacer notar que en su conferencia el padre Bussolini no se refirió a los proyectos de Richter, sino “en términos generales a la estructura del átomo”. Por otra parte el mismo padre Bussolini (foja 207): “Preguntado: si con anterioridad a esas declaraciones (las de Perón) había tenido alguna intervención respecto de proyectos atómicos, contestó: que si. Que efectivamente había propiciado y alentado cualquier proyecto que significara un enrolamiento argentino en el comercio mundial de la energía atómica, ante el ex presidente Perón, desde fines del año 1948.
10. Manifestó, además, que no había asistido a la reunión en que se resolvió la creación del centro Huemul, en contra de la declaración de Richter que lo dio como asistente, pero no así el propio diario de éste (ver capítulo I, punto 9).

11. El capitán Pedro E. Iraolagoitía (foja 237, vuelta) “preguntado: Si sabe quién asesoraba al ex presidente Perón en el proyecto Huemul, contestó que no; pero la persona que el declarante en su carácter de edecán del ex presidente (Perón), introducía varias veces en el despacho del mismo, en el año 1951, era el padre Bussolini, siempre juntamente con el coronel González.” Esta referencia es, por tanto, posterior al anuncio del ex presidente, de 24 de marzo de 1951.

12. Richter ha declarado, en cambio que: “En cuanto al padre Bussolini afirma que está seguro de que en 1949 era el principal consejero y asesor del ex presidente hacia 1950, en este proyecto Huemul. Supone, además, que el ex presidente confió en el asesoramiento del profesor Tank, aunque éste no es un hombre especializado en materia nuclear.” La intención de disminuir la responsabilidad del segundo es aquí evidente: Richter no puede dudar, o sólo suponer, su intervención anterior a 1950, pues con él realizó la primera conferencia que tuvo con Perón. Su seguridad respecto de Bussolini es, pues, dudosa no obstante una anotación en su propio “diario” de 1949. “Audiencia con el general Perón. Conocí al padre Bussolini, quien seguramente opera como mensajero del presidente, y también del coronel González”. “Junio 16: con el profesor Tank, doctor Siedrecht y el coronel González visitó el observatorio de San Miguel. Padre Bussolini es el director. El observatorio produce una excelente impresión”. Esta es posiblemente la visita que ha mencionado el padre Bussolini (Nº 7).

13. Por tanto: a pesar de la declaración en contrario de Richter, no está probado que con anterioridad a la declaración pública del ex presidente Perón (marzo 24 de 1951) el reverendo padre Bussolini haya propiciado la realización del “proyecto Huemul”, salvo en forma genérica, alentando ante el ex presidente “cualquier proyecto que significara un enrolamiento argentino en el comercio mundial de la energía atómica”; ni tampoco que haya recomendado hasta entonces a Richter como hombre de ciencia capaz de desarrollar con éxito, un proyecto semejante. Por otra parte, el mismo padre Bussolini insiste (foja 208), sin recordar la fecha, “Que respecto del proyecto mismo nunca tuvo conocimiento del mismo, hasta muy posteriormente”.

14. La actitud del padre Bussolini después de aquella fecha está bien documentada. El coronel González: “Preguntado (foja 130) si asistió al experimento del 16 de febrero de 1951. Conestó: que no; que en esa fecha se encontraba en las termas de Copahue, asistiéndose de una afección reumática. Que en esa oportunidad recibió un radiograma del coronel Plantamura haciéndole saber que debía viajar a Bariloche a cuyo efecto pasaría a buscarle por Zapala en una avión de la fuerza aérea. Llegado a Bariloche, el señor Richter le hizo saber que en una experiencia realizada el 16 de febrero había logrado reacciones termonucleares y lo invitó a presenciar un experimento conjuntamente con el ingeniero González (hijo del coronel) y el coronel Plantamura. Que lo que el declarante vio fue un trabajo en reactor llamado chico, en el cual, según el doctor Richter, utilizaba litio. Los aparatos de contralor, oscilógrafos, detectores, contadores, acusaron reacciones impulsivas. Que en la observación que pudo hacer en el espectrógrafo se observaba una desviación de la línea, o corrimiento de la línea de litio, y además un halo circular que por observación directa era blanquesino. En una placa fotográfica que mostró Richter cuando vino q Buenos Aires se observaba lo mismo, detalle que fue señalado por el padre Bussolini al ex presidente, como de especial significación…” “Que no recuerda exactamente si regresó inmediatamente a Buenos Aires, pero que cuando lo hizo conversó con el ex presidente proponiéndole una experiencia en presencia de técnicos, insistiendo que fueran argentinos, temperamento que fue aceptado por Perón, el que luego cambió de opinión ignorando el declarante los motivos, resolviendo finalmente hacer las publicaciones que son de conocimiento público.”

15. resultaría de aquí que en el intervalo entre el 16 de febrero de 1951, fecha del experimento, y el 24 de marzo del mismo año (declaración pública de Perón), el padre Bussolini habría atribuído “especial significación” a un espectrograma obtenido por Richter.
Esta conclusión es corroborada en parte por el mismo padre, cuando dice (fojas 208): “Que como consecuencia de una segunda manifestación oficial y pública respecto del mismo asunto, se le mostraron algunos espectrogramas en los que podrían admitirse manifestaciones de liberación de energía atómica, supuesta la autenticidad de tales espectrogramas. Que esta información la dio el ex presidente Perón, el coronel González, Richter y alguna otra persona que no recuerda. Aclara, después de habérsele presentado un recorte del diario “Democracia” de junio 22 de 1951, que la presentación de los espectrogramas mencionados les fue hecha antes de la mencionada oportunidad en que apareció en los diarios la crónica de la visita de los periodistas a Huemul”. Y más adelante (foja 211): “Preguntado: ¿Qué caracteres de los espectrogramas a que antes se refirió le hicieron suponer que podría haberse producido una reacción nuclear? Contestó: Que fuera del espectro visible aparecían halos inexplicables en un espectro común, que esos halos correspondían a la región ultravioleta. Preguntado si esos espectrogramas habían sido microfotometrados. Contesto: que no recuerda.”

16. Como se ve, las dos versiones coinciden, salvo tal vez en cuanto a la fecha: según el coronel González sería anterior al 24 de marzo; en cambio, el padre Bussolini sólo recuerda que fue anterior al 22 de junio de 1951; pero hay otros detalles importantes que inexplicablemente ha olvidado, como ser, si los espectrogramas fueron o no microfotometrados. El coronel González no menciona haber proporcionado nada al respecto. En cuanto a los halos que el padre Bussolini encuentra “inexplicables en un espectro común” son por el contrario muy comunes cuando es muy grande la cantidad de luz que entra al espectrógrafo, por estar la ranura demasiado abierta y/o ser fuente luminosa demasiado brillante e intensa.
Los halos se deben a las reflexiones en las caras de los lentes. En una fotografía de la explosión de la bomba atómica publicada en el célebre informe Smith, aparece en un ángulo uno de tales halos circulares, pero en el informe se aclara que se trata de un efecto de reflexión en las lentes de la cámara. Tal vez Richter la conocía y lo atribuyó a la reacción nuclear de la bomba.
La supuesta reflexión no es la única explicación posible; pero puede afirmarse que la observación del mencionado halo no es siquiera un indicio de que se haya producido una reacción atómica.
El padre Bussolini no es físico, pero llama la atención la ligereza que supuso la posibilidad de que se hubiera producido una reacción nuclear por la simple observación visual de un espectrograma.

17. Ya se ha dicho (capítulo II, punto 12) que el 4 de septiembre de 1951 se nombró una Comisión Técnica, de la cual formó parte el padre Bussolini. Esta comisión visitó la isla Huemul; presenció experimentos realizados por Richter y presentó con fecha 15 del mismo mes un informe de conjunto, cuya conclusión ya fue transcripta (ídem). Además, cada uno de los miembros debía presentar un informe individual (4) y así lo hicieron todos en la misma fecha. Todos estos informes están compilados en el bibliorato 2, fojas 120 a 300, inclusive.

18. Con posterioridad a la construcción de dicha Comisión Técnica, el ex ministro Mendé, de Asuntos Técnicos, pidió a sus integrantes un “informe complementario” en que expusieran la opinión personal sobre el señor Richter (5). Cuatro de estos informes están en el mencionado bibliorato Nº 2, fojas 346 / 511. El quinto, que debía ser del padre Bussolini no figura allí; pero posteriormente llegó a esta Comisión por haber sido encontrado por la Comisión Investigadora en la Escuela Superior Peronista y consta de tres fojas que se han agregado a este expediente (Nº 220 a 222). En el ángulo superior derecho de la primera de ellas hay una anotación de puño y letra, según parece, del ex ministro Mendé y con sus iniciales, que dice: “Secreto. Reservar en caja de hierro”; y después de las iniciales: “4-10-52”, es decir, veinte días después de la fecha del documento, que es también del 15 de septiembre. Por otra parte, no fue dirigido al ex ministro Mendé, como correspondía, ya que él lo había solicitado y lo fueron otros cuatro análogos, sino “A su excelencia el señor presidente, etcétera”.

19. En ese informe dice textualmente (foja 221, in fine): “El que suscribe está convencido que el doctor Richter no es un mistificador, como se ha dicho en el seno de la comisión; es un científico, en todo el rigor de la palabra, que conoce perfectamente la física. Más de seis horas de discusión pueden justificarlo, y la técnica experimental, descontando la habilidad de haber sabido enseñar a su humilde personal adjunto al manejo de los instrumentos electrónicos más complicados.”
Este juicio ha sido corroborado por el padre Bussolini ante esta Comisión (foja 209, vuelta), repitiendo en otros términos lo dicho en el informe, sin rectificación.
Después de lo que ya sabemos (capítulo III, punto 14), es evidente que el padre Bussolini confundió aquí locuacidad con sabiduría; y manejo rutinario del instrumental con “técnica experimental”. El, por otra parte, según ya dijimos, no es físico. Respecto de las discusiones a que se refiere, que se realizaron en el hotel Pistarini, el ingeniero Bancora dice que en ella “el doctor Richter manifiesta ideas muy personales acerca de física moderna” (bibliorato 2, foja 284).

20. Pero el padre Bussolini continúa aún: “Por lo demás, soy de opinión, que respecto al profesor Richter, ninguno de los integrantes de la Comisión de expertos, es capaz de atar científicamente las correas de sus zapatos, así como de haber dirigido personalmente la actual instalación experimental de la planta piloto Huemul” (Foja 222). También esto ha sido repetido, en otra forma pero sin rectificación, ante esta Comisión (foja 209, vuelta).

21. Preguntado el coronel González (foja 139): “Si tiene conocimiento de que al proponer que cesara el proyecto Huemul alguien por el contrario, consideraba conveniente continuarlo, contestó: Que sí, que en ese sentido se manifestaban decididamente partidarios de la continuación el ex ministro Mendé y el padre bussolini.
Este último no niega lo que antecede, pues (foja 209, vuelta): “Preguntado si asesoró al ex presidente Perón apoyando el proyecto Huemul y a Richter, con posterioridad a la creación de la planta, contestó: Que no, que nunca se le preguntó al respecto, excepto cuando integró al comisión anteriormente mencionada (la de expertos).
Y en efecto: En los dos informes individuales ya citados dice que “en caso de que esta magna empresa se continúe, se permitiría sugerir la conveniencia de que el profesor Richter dilucide las dudas que se apuntan” (bibliorato 2, foja 254). Y concordantemente en el informe secreto a Perón, foja 222) “en caso de continuar las obras, salvo mejor juicio, me atrevería a sugerir a vuestra excelencia que dada la magnitud de los futuros gastos en juego, convendría se designara una comisión colaboradora y no fiscalizadora, para realizar tan magna empresa”.

22. En la foja anterior (222) del mismo informe dice: “La encuesta científica en la Isla Huemul queda trunca y en consecuencia debería suspenderse el juicio definitivo mientras no se destaque otra comisión de expertos que contrabalancee los prejuicios y dictámenes de antemano adversos con que iba provista la que regresa, a pesar de las aseveraciones de imparcialidad y de deseos de colaborar.” El doctor Richter tiene que haber quedado persuadido de su éxito en la medida en que la Comisión sigue, como fuera, persuadida de lo contrario. Los integrantes de la Comisión de Expertos merecimos en un momento dado el calificativo de schwindeln, farsantes, etcétera.

23. A pesar de los repetidos juicios desfavorables que merecieron al padre Bussolini todos sus compañeros de la Comisión de Expertos de la que fue “jefe interino (foja 220) y su admiración por Richter, no merece crédito la actitud que éste le atribuyó, y que ha sido referida en su declaración por el doctor Balseiro, cuyo relato es sin duda fidedigno, a saber (foja 104, vuelta): “mientras se hacían los preparativos para la misma (los dos últimos experimentos) el declarante y el ingeniero Bancora se dedicaron a llevar a cabo los contralores que se habían proyectado; en esas circunstancias Richter se hizo presente en un estado de ira completo increpándolos de pretender que era un farsante y que en esas condiciones lo que a él le cabía era echarlos de la isla ya que había sido informado por el padre Bussolini que ellos sospechaban la posibilidad de que él efectuara algún experimento fraudulento”.

24. Las vacilaciones del padre Bussolini prolongaron el “proyecto Huemul”. En efecto, el ingeniero Bancora ha declarado ante esta Comisión (foja 57): “De los informes técnicos se dio vista al señor Ronald Richter, que formuló por escrito objeciones. A raíz de éstas y de las dudas que expresara un miembros de la Comisión de Técnicos que presumiblemente eran compartidas por el ex ministro citado (Mendé) y por el ex presidente de la Nación, el capitán Iraolagoitía solicitó al declarante si podía repetir en Buenos Aires un experimento que afirmaba en su informe anterior haber realizado en su laboratorio, con el cual se obtendrían los mismos resultados registrados en Huemul. Reunidos los elementos necesarios en la Escuela de Mecánica de la Armada, que no fueron los mismos utilizados por Ronald Richter, se realizó el mismo experimento en menor escala, que en síntesis consistió en la producción del conocido arco cantante de Poulsen, mencionado en los textos clásicos. A ese experimento comparecieron el ingeniero Tosello, en representación del ex ministro Mendé que no asistió, el capitán Iraolagoitía y además los miembros de la Comisión Técnica, quienes pudieron comprobar la obtención de los mismos resultados. Preguntado: Si sabe cuál era el miembro de la Comisión que expresó dudas respecto de las conclusiones de los citados informes, contestó: Que era el padre Bussolini y que por ello fue necesario repetir por segunda vez el experimento en la Escuela de Mecánica al haber expresado el mencionado, posteriormente al primer experimento realizado por el declarante, que se efectuó en las condiciones que el padre Bussolini demandaba, desaparecieron las objeciones que había formulado, llegándose a la conclusión unánime de los asistentes que los resultados obtenidos eran los mismos a que se había llegado en Huemul y que no se trata de ninguna forma de reacciones nucleares.”
En efecto, conviene aclarar que en estos experimentos no se inyectó ninguna substancia en el arco.

25. El padre Bussolini ha confirmado en su declaración ante esta Comisión (foja 209) que “cuando, a la vuelta de dicha visita (a Huemul), por la Comisión Técnica, se realizaron experimentos similares en la Escuela de Mecánica de la Armada, en base de lo cual el declarante manifestó que aceptaba la idea de los demás colegas que de las experiencias de Richter no se deducía acuse de energía atómica”.
Sin embargo el gobierno parece haber vacilado aún, sin que sepamos por qué; pues designó una tercera Comisión Técnica, formada por los doctores Ricardo Gans y Antonio E. Rodríguez, de la cual se hizo ya mención (capítulo II, punto 16), transcribiéndose sus conclusiones (20 de octubre de 1952).

26. Preguntado el padre Bussolini (foja 210) “Cual es su opinión actual sobre el proyecto Huemul, contestó: Que suponiendo que se hubiera procedido de buena fe, científicamente hablando, los resultados de Richter fueron negativos, fracasos admisibles en ciencias, que constituyen las más de las veces un aporte positivo”.
Esta justificación sólo es válida cuando se trata de experimentos de laboratorio, en pequeña escala; pero no debieron emprenderse costosas construcciones y adquisiciones de instrumental, instalación de una usina eléctrica, etcétera, sin haber realizado previamente ningún ensayo que permitiera siquiera presumir la posibilidad de éxito.

27. En resumen:

a) Está probado que el principal responsable científico, por haber aconsejado se contrataran los servicios de Richter, después de conseguir su venida a nuestro país; haber apoyado sus ideas respecto a la posibilidad de obtener reacciones termonucleares con un método propio y haber apoyado el “proyecto Huemul” desde su iniciación y aún antes, es el ingeniero Kurt Tank (ver números 2 a 6)

b) A pesar de la repetida aseveración en contrario de Ronald Richter, no está probado que con anterioridad a la declaración pública del ex presidente (24 de marzo de 1951) el reverendo padre Bussolini haya propiciado la realización del “proyecto Huemul” salvo en forma genérica, alentando ante el ex presidente “cualquier proyecto que significara un enrolamiento argentino en el comercio mundial de la energía atómica”; ni tampoco que haya recomendado a Richter como hombre de ciencia capaz de desarrollar con éxito un proyecto semejante (Nº 7 a 13).

c) Está probado que a partir de dicha declaración, sea inmediatamente o algunas semanas después, el padre Bussolini adujo, ante el coronel González y el ex presidente Perón, como indicio de que en Huemul se habrían obtenido reacciones termonucleares, una anomalía (halos) de un espectrograma que solo examinó visualmente y que de ninguna manera podría tener significación, ni siquiera como indicio de que se debiera a la producción de una reacción nuclear (Números 14 a 16).

d) Que posteriormente, cuando el padre Bussolini formó parte de una Comisión Técnica que visitó Huemul, quedó muy bien impresionado por los conocimientos de Richter a quien calificó de “científico en todo el rigor de la palabra, que conoce perfectamente la física teórica… y la técnica experimental” (Número 19; véase capítulo III, número 14). En cambio le merecen juicios muy severos y despectivos –desde luego infundados- los físicos y técnicos argentinos que fueron sus compañeros de Comisión, quienes por otra parte no pudieron llegar a conocerlos (Números 20 a 23).

e) Que el apoyo prestado por el padre Bussolini para la continuación del “proyecto Huemul” demoró el abandono de éste y hubiera podido crear confusión a no ser la invariable firmeza de los técnicos que él menospreciaba, debiendo finalmente reconocer el fracaso de los expertos de Richter (Números 24 a 26).

f) Que esta Comisión Investigadora no ha tenido conocimiento de que ningún físico o ingeniero argentino haya apoyado el “proyecto Huemul”, y ni siquiera expresado la esperanza de que se lograra tan fácilmente como se dijo la realización de reacciones termonucleares controladas. Debe ponerse especialmente de relieve la opinión adversa que firme o invariablemente expusieron los técnicos de la Dirección Nacional de Energía Atómica, no obstante los riesgos que esta actitud importaba. Toda tentativa de complicarlos con aquel fracasado proyecto, sea franca o insidiosamente, es, por tanto, producto de ignorancia o de mala fe.
A ellos, con la dirección del capitán Iraolagoitía, que estaba al frente de esta dirección, se debió el abandono definitivo del proyecto, después del alejamiento del coronel González, que también estaba convencido de su fracaso.
No pudieron aquellos informar públicamente al respecto, porque con anterioridad se les hizo conocer y atestiguarlo con sus firmas, las disposiciones del decreto 13.985 del 11/10/1950 sobre “Penalidades para los que atentan contra la seguridad de la Nación” (bibliorato 2, foja 214).

Lamentablemente no puede decirse lo mismo del rector de la Universidad de Buenos Aires, pues sólo dos días después del anuncio del ex presidente Perón, el vicerrector en ejercicio del rectorado doctor Carlos María Lascano se apresuró a otorgar a Ronald Richter honoris causa el título de doctor de la Universidad de Buenos Aires (foja 349). El diploma respectivo, cuya copia fotográfica se agrega, lleva las firmas del ex presidente Perón, del arquitecto Julio V. Otaola (rector) y del doctor Emilio Pasini Costadoat (secretario). La resolución respectiva fue “dejada sin efecto” por el interventor Nacional de la Universidad de Buenos Aires, doctor José Luis Romero, con fecha 26/10/1955.
Además, se otorgó a Ronald Richter la carta de ciudadanía Nº 486.854, por resolución del Juzgado Nacional Nº 5, con fecha 22 de marzo de 1959 (foja 252), es decir, antes de cumplirse los dos años de residencia que la ley exige, pues había llegado al país el 16 de agosto de 1948 (foja 21, vuelta). La carta de ciudadanía le fue entregada, según versiones, en acto público por el juez de paz de San Carlos de Bariloche (foja 253).

NOTAS:
(1) Kurt Waldemar Tank nacido el 24 de febrero de 1898 en Bromberg-Schwedenhohe (actualmente Polonia). Fue un notable ingeniero aeronáutico y piloto de pruebas alemán, que había dirigido el departamento de diseño de Focke-Wulf entre 1931 y 1945. Traído por el régimen peronista a la Argentina en 1947, con un nombre falso, “Pedro Matthies”, desarrolló en Córdoba, junto a su equipo también traído de Alemania, el avión bimotor multipropósito “IAe. 33 Pulqui II” un caza a reacción monomotor armado con 4 cañones de 30 mm. a partir de uno de sus diseños anteriores: el “Ta 183”. Falleció el 5 de junio de 1983, en Múnich, Alemania; sus restos fueron cremados y en cumplimiento de su propio deseo sus cenizas fueron esparcidas en el Río de la Plata. Los restos de su primera esposa Charlotte descansan en Córdoba, lugar donde falleció cuando el profesor trabajaba en la Argentina. (Nota del transcriptor).
(2) Tras la caída del régimen peronista, estos proyectos debieron suspenderse, la economía argentina estaba arruinada por los despilfarros del régimen; esta circunstancia hizo que los científicos traídos de Alemania, en busca de nuevos trabajos y para ganarse el sustento debieran emigrar. Aunque muchos miembros de su equipo se trasladaron a los Estados Unidos, Kurt Waldemar Tank, en febrero de 1956, optó por irse a la India. Allí trabajó para Hindustan Aeronautics diseñando el Hindustan Marut, primer cazabombardero militar construido por ese país. El primer prototipo voló en 1961, siendo retirado definitivamente del servicio activo en 1985. (Nota del transcriptor).
(3) Reverendo Padre Juan Antonio Bussolini: Desde 1944 hasta su fallecimiento este sacerdote se desempeñó como Director del Observatorio de San Miguel. En este pudo desarrollar su interés por ambas ramas, la geofísica y la geodesia. Al construirse la Asociación Argentina de Geofísicos y Geodestas, el Padre Bussolini estuvo presente desde el principio, siendo elegido Secretario de su primera Comisión Directiva, el progreso de la AAGG y con el fortalecimiento de la Geofísica y Geodesia argentinas. (Nota del transcriptor).
(4) Ver nota 6 capítulo 2: Informes personales de Dr. José Antonio Balseiro y por el Ingeniero Mario Báncora referente a la inspección realizada en la Isla Huemul en setiembre de 1952. (Nota del transcriptor).
(5) Ver nota 7 capítulo 2: (7) El informe individual complementario del Dr. José Antonio Balseiro referente a la opinión que le merece el Doctor Richter. (Nota del transcriptor).



Fuente: Documentación Autores y Cómplices de las Irregularidades Cometidas durante la Segunda Tiranía – Comisión Nacional de Investigaciones Vicepresidencia de la Nación - Tomo 1 – año 1958 – páginas 652a 659).

Publicidad

 photo Laura-web_zps5b8a06ee.gif

Marcha de la Libertad