DEL NATURAL
Por Marta Castellanos
Durante los tres primeros días de la Revolución, un prominente médico cordobés era detenido, cada vez que salía de su casa, por un muchachito quinceañero.
Este lo encañonaba con un impresionante revolver y, pidiendo toda clase de disculpas, revisaba minuciosamente el auto y palpaba de armas al facultativo.
El cuarto día, el médico detuvo su auto y se dispuso a esperar la larga y minuciosa requisa. El muchachito se le acercó sonriente.
“Doctor, hoy no lo revisaré, pero en cambio le voy a hacer un regalo”. Y le entregó el arma con que lo había encañonado los días anteriores.
“Le agradezco infinitamente, pero no puedo aceptar semejante regalo,” le contestó el facultativo, sorprendido.
La sonrisa del muchachito se hizo más amplia. “Doctor, yo ya no la necesito. Hoy me han dado una buena. Esta es de juguete”.
FUENTE: Revista “Nosotros los Muchachos” – Número Extraordinario – Septiembre 1955 – página 15.
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