Revista Nosotros los Muchachos - También Ellas

TAMBIÉN ELLAS:
Entraban en el puesto de sanidad, dos jovencitas con sus insignias de la Cruz Roja. Sobre la calle Antonio del Viso una ametralladora leal al peronismo disparó contra ellas.

Cayeron acribilladas a balazos (A un médico le atravesaron la mano de un tiro).

Esa fue la contribución de sangre de la mujer cordobesa; nunca podía Córdoba ser tomada, nunca vencida, porque su heroísmo, el de sus hombres, mujeres y niños, fue sólo comparable a su fe y a su ambición de libertad.




Ángel A. Vargas

AMEN…

Cuando lo pusimos en la ambulancia, ya estaba deshauciado. Lo habían acribillado a balazos. La enfermera voluntaria nunca había visto una herida.


Yo me senté a su lado cuando el muchacho, tomando la mano de la chica dijo: “No me deje morir sin sacramentos”.

Pero se moría. Había comulgado esa mañana. Era joven, recién casado, y se iba poniendo pálido. La enfermera se inclinó sobre él y rezó: “Señor mío, Jesucristo…” El dijo “Amén”, y se quedo dormido para siempre.

VIVA CRISTO REY

Algo parecido presenciamos en el Hospital San Roque. Trajeron un mozo bañado en sangre y cubierto de tierra. Herido y revolcado. Un sacerdote vestido de civil (1) le dio la absolución. El apretó fuertemente su propio escapulario y dijo: “¡Viva Cristo Rey!”. Y se quedó en silencio…



“Argentina Cristiana”




FUENTE: Revista “Nosotros los Muchachos” – Número Extraordinario – Septiembre 1955 – página 45.

NOTAS: (1)Desde la persecución religiosa iniciada por el dictador Perón; los sacerdotes católicos; religiosos y religiosas se vieron obligados a vestir de civil; esto es sin sus hábitos para evitar la persecución, cárcel y / o asesinato.

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