Revista Nosotros los Muchachos - Córdoba no se entrega

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LUCHOSE CON UNA CONSIGNA:
“CÓRDOBA NO SE ENTREGA”
La actuación de los Comandos Civiles Revolucionarios


Con una sencillez que habla elocuentemente de la pureza del ideal que los inspiró en la cruzada libertadora, varios miembros del Comando Revolucionario Civil que tan destacada actuación tuvo en la organización de la lucha y la defensa de la ciudad de Córdoba, recalaron ayer ante un grupo de periodistas, en lo que bien podríase llamar el parte circunstanciado de la acción, los detalles centrales del heroico esfuerzo que tanto contribuyó al triunfo definitivo de la revolución libertadora.



Nadie ha querido dar su nombre, encerrados todos en una ejemplar modestia. Sin embargo, es justicia mencionar como integrantes del mencionado Comando Civil Revolucionario de Córdoba, a los comandantes de Aeronáutica retirados Eduardo B. Arenas Nieves y Jorge Landaburu al ingeniero Horacio Martínez; a los señores Knutty, Villada Achával, Puricelli, Valdéz, Alfredo Malbrán, Gustavo Aliaga, Pinel, Fernández Astrada, Ferreyra Soaje, y destacar que con ellos actuaron muchos más representantes de todos los sectores de la ciudadanía, unidos por el patriotismo, sin distinción de banderías.

UN SOLO IDEAL:



“Tres meses antes del estallido de la Revolución –comienza diciendo el parte- el estado general de la Nación y la conciencia de la gente decente constituían suficientes argumentos y razones para la preparación del movimiento. Existía un solo ideal: derrocar al tirano. No se tenían contactos ni se conocían nombres; tampoco se hablaba de jefes revolucionarios. Entre tanto, Córdoba se preparaba para la Revolución, trabajando activamente en una organización del Comando Revolucionario Civil.

ORGANIZACIÓN METÓDICA



El primer punto contemplado en la organización del Comando Revolucionario Civil fue la selección de los jefes de Grupo (aproximadamente 10), quienes eran los que asistían a las reuniones de dicho Comando. Ellos, a su vez, procedieron a designar a sus jefes de Grupo dependientes, para llegar así en la escala jerárquica de mando hasta el “Soldado Raso Civil”. Esta organización trabajó durante todo el tiempo con una absoluta conciencia del estricto secreto que se debía mantener sobre sus actividades, y que se cumplió como lo han demostrado los hechos, en forma tan eficiente que en ningún momento despertó las sospechas policiales. El Comando estaba constituido por representantes de las más diversas ideologías.
A las reuniones concurrían delegados del Partido Radical, del Partido Socialista, del Partido Demócrata, de los Universitarios, de los estudiantes secundarios, del grupo católico, del grupo obrero, del mundo civil profesional, etc.



“Un mes antes de la Revolución, este Comando Revolucionario Civil ya estaba perfectamente organizado con sus grupos de Choque, Grupos de secuestro y Detención de Personas, Dinamiteros, Movilidad y los Grupos Técnicos (teléfonos, telégrafos, radioemisoras y ferrocarriles). Contando con un total de 3.500 hombres, perfectamente armados, disciplinados y compenetrados de su misión. En cuanto a la finalización de esta actividad, no se apeló a colectas ni requisiciones; muchos de los integrantes de los Grupos poseían armas largas y cortas, y quienes no las disponían se las procuraron de su propio peculio.

EN GUARDIA



“En tres oportunidades anteriores a la Revolución, el Comando recibió noticias de la posibilidad del estallido del movimiento. Ello permitió las reuniones que se llevaban a cabo en diferentes casas de familia de la ciudad, donde permanecía reunido el Comando, por espacio de no más de tres horas. Transcurrido ese lapso se efectuaba el traslado del Comando a otro lugar de reunión, a efectos de no despertar sospechas policiales. Se hace especial mención de este detalle, porque ese entrenamiento permitió al Comando Revolucionario Civil de Córdoba, actuar eficazmente el día de la Revolución. Las comunicaciones del Comando a los Jefes de Grupos y, de éstos hasta el último soldado, habían sido previstas en forma perfecta y se tenía la certeza de que, dada la orden, al cabo de una hora, toda la gente estaría en condiciones de actuar. Una de las primeras misiones efectivas del Comando Revolucionario Civil fue el ocultamiento de los jefes y oficiales del movimiento de Río Cuarto, operación que se cumplió en forma rápida y adecuada con el concurso de la organización, que brindó toda clase de refugios: estancias, campos, granjas, conventos, hospitales y casas particulares.

ALERTA Y ACCIÓN



“El día 15 de septiembre, a las 17 horas, el organismo de enlace con el general Lonardi, recibió la orden de “alerta” para los civiles. A la 1 de la madrugada del día 16, el Comando Revolucionario Civil estaba reunido con los jefes de Grupo y en contacto con el Jefe Revolucionario de Río Cuarto y su estado Mayor. Se hicieron las operaciones y desplazamiento del Comando, por razones de seguridad, de la que ya se ha hablado, hasta que, aproximadamente a las seis de la mañana –día 16 de septiembre- se tuvo la certeza de que la policía había sospechado y ubicado el emplazamiento del Comando Revolucionario Civil. En esa oportunidad el organismo de enlace con la parte militar del movimiento requirió del Comando Aéreo Revolucionario, protección para la jefatura del Comando Revolucionario Civil, que en caso de haber sido copado por la policía habría anulado la acción tan bien preparada y medida de antemano.

APOYO MILITAR



“El apoyo militar, consistente en 60 aspirantes de la Escuela de Suboficiales de Aeronáutica, llegó al lugar del Comando Revolucionario Civil en ese momento, coincidiendo con la presencia de efectivos policiales que llevaban la intención de copar el Comando Revolucionario Civil. Aquella fuerza militar, después de una acción de fuego, dominó la situación y rescató al Comando Revolucionario Civil, que se trasladó a la Escuela de Aviación Militar. La orden de actuar con los medios civiles no había llegado todavía, pues de acurdo a las órdenes del Comando Revolucionario, la acción civil comenzaría en el preciso momento en que la situación militar rebelde estuviera resuelta. Aproximadamente a mediodía del día 16, se empezó a preparar la acción civil, en base a que la situación militar de Córdoba, ya se había definido a favor de los rebeldes y fue así como se preparó una columna en base a dos piezas de artillería liviana y aproximadamente 100 civiles bien armados.


PLENA LUCHA


“Desde las 15 horas, las radioemisoras de la Ciudad de Córdoba fueron ocupadas por los rebeldes y empezaron a cumplir con el plan previo. La columna organizada para la toma de la cuidad, marcho sobre la misma entre aclamaciones de la población que la cubría de flores (1). El objetivo era la toma de la Policía, que en ese momento estaba defendida por un número aproximado de 300 hombres, en su mayoría con armas automáticas. El Comando Revolucionario Civil, ya en proximidades de la Jefatura de Policía, intimó la rendición de la misma, a lo que se contestó con fuego. Por esas razones se procedió al cañoneo del edificio. Diez minutos después la policía puso bandera blanca y comunicaron que se rendían”.

TRAICIÓN POLICIAL



“El Comando Revolucionario Civil se dirigió sobre el Cabildo, a los efectos de tomar el edificio rendido, en cuya circunstancia los defensores hicieron una descarga cerrada de armas automáticas, no obstante mediar la bandera blanca y la comunicación de que se rendían. Esta descarga produjo la consiguiente confusión y bajas y, en ese momento, el Comando Revolucionario Civil quedó en las recovas del Cabildo, bajo el fuego de la policía que defendía el edificio y el de las propias fuerzas revolucionarias que contestaban a aquel. No obstante ello, el Comando Revolucionario Civil entró en el edificio, lo ocupó y desarmó a la policía, procediéndose de inmediato a la tarea de ocupar la ciudad con los civiles, en función de custodios del orden y la seguridad, como asimismo, la preparación para la defensa.

CINCO DÍAS PELEANDO



“En esta operación que duró aproximadamente cinco días, se trabajó exclusivamente con civiles, eficazmente apoyados por las patrullas militares que el Comando Aéreo Revolucionario enviaba cuando se planeaba una situación crítica que había que resolver con personal militar. El Comando Revolucionario Civil recibió del Comando Revolucionario una sola orden: “Córdoba no se entrega”. Por otra parte, no hacía falta más. Los jefes ya sabían lo que tenían que hacer. Para eso habían sido preparados y entrenados. El Comando Revolucionario Civil no tenía problemas en ese sentido. Se había dado la orden de que Córdoba no se entregaba y los Grupos se preparaban para su cumplimiento. En la jefatura de Policía se estableció un puesto de información en base a los partes que se recibían por la Red de Radioemisoras policiales y se estaba en todo momento al tanto de las directivas que se impartían a las tropas y comandos leales al peronismo.

NI DESMANES NI ATROPELLOS



“La tarea, como se ha dicho, fue, en los primeros días, preparar la defensa y conservar el orden. En cuanto al orden, debe destacarse que no se registró desmán alguno ni atropello de la propiedad privada, no obstante la excitación de la gente del Comando Revolucionario Civil. Con ello se hace referencia especial a que no hubo asaltos a armerías ni a otros lugares de donde se pudieran retirar elementos indispensables para el cumplimiento de la orden de defensa de la ciudad (2) Puede citarse el caso de una patrulla de dinamiteros que se presentó al gerente de una conocida firma comercial que vendía explosivos para minas y que retiró, bajo recibo, material de explosivos. Se procedió en igual forma para la obtención de alambre de púa, bolsas de harina y afrecho que eran necesarias para las barricadas. También con respecto a los automóviles requisados para el patrullaje y que fueron en su mayoría vehículos del servicio público, se procedió con orden. Los Grupos Técnicos, a la vez que defendían los lugares ocupados, trabajaban en sus misiones específicas. Los Teléfonos de Estado absolutamente controlados y defendidos por el Grupo que tenía esa misión, trabajaron desde primer momento para la revolución, con personal de los mismos y el servicio se mantuvo como si la situación hubiera sido normal. El grupo telefónico, además trabaja como organismo militar, captando e interfiriendo todas las comunicaciones que podían servir de información para el Comando Revolucionario. Las radioemisoras cuya eficacia el pueblo ha tenido oportunidad de contrastarla, trabajaron en forma incansable, eficiente y ordenadamente, cumpliendo el programa previsto y así cada uno de los grupos desarrollaba la tarea que le había sido prefijada, sin llevar al Comando problemas y soluciones por sí mismos, todas las situaciones…



“Los puestos de comando sanitario, organizados desde el primer momento, cooperaron eficientemente en los casos que se presentaban. Todo el mundo colaboraba y se dio el caso de un reconocido profesional de fama internacional, actuando en un puesto de socorro que comandaba un practicante de medicina. No había ningún problema, insistimos y solamente soluciones.

BRAVAS MUJERES



“La alimentación del Comando Revolucionario Civil, que se calcula ha actuado aproximadamente 4.000 civiles sobre las armas (el armamento había sido completado por el Comando Revolucionario, después que se dominó la situación militar) no fue problema porque toda Córdoba contribuyó al mismo y tanto al puesto de Comando en la Jefatura, como hasta la última patrulla avanzada, llegaban continuamente comida, bebidas frescas y café, tarea ésta que cumplió en forma total la población femenina cordobesa (3). La mujer, con su aporte material, contribuyó poderosamente al sostenimiento de la lucha, alentando con su decisión y coraje a los combatientes.

DESFILE VICTORIOSO



“Los acontecimientos que ya son del dominio público, culminaron con el desfile de la victoria. El Comando Revolucionario Civil recibió la siguiente orden: “El señor presidente de la República ha ordenado que los civiles armados que han contribuido al triunfo de la Revolución integren el desfile militar con sus armas”, lo que así se hizo. Entre la aclamación de una población delirante de entusiasmo, desfilaron los civiles ante el presidente provisional de la Nación, a continuación de las tropas que habían estado en combate. Posteriormente, y debido a la carencia de policía, los civiles continuaron en sus puestos, trabajando en el mantenimiento del orden por varios días. Se advierte que en este informe de la actuación del Comando Revolucionario Civil no se ha dado nombre alguno, pues sería necesario el registro de todos los habitantes de la Cuidad de Córdoba, si hubiera que mencionar nombres o personas.



“Toda Córdoba, cada uno en su esfera, desde el que estaba en el Comando Revolucionario Civil o atendía un puesto de armas automáticas, hasta la mujer que llevaba una taza de café con una sonrisa de aliento al personal apostado, todos, todos han constituido el Comando Revolucionario Civil, cuya consigna de guerra fue: “Córdoba no se entrega”.



Diario “Clarín” (29 – 9 -1955)

FUENTE: Revista “Nosotros los Muchachos” – Número Extraordinario – Septiembre 1955 – páginas 26 a 35. Tomada del Diario “Clarín” del 29 de septiembre de 1955.

NOTAS:

(1)Estas flores eran naturales…
(2) Más o menos como hacía tres meses… en Buenos Aires…
(3) Por supuesto, no faltó quien tratara de envenenar a los muchachos… con alimentos “ad hoc”.

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