ENTREVISTA HISTÓRICA
Al comenzar el período de tregua, el jefe de la revolución en Cuyo, general Lagos, se dirigió a Córdoba para celebrar una entrevista con el jefe supremo de la revolución, general Lonardi. Le dijo que estaba a su total disposición. Agregó que aprobaría todo lo que dispusiera en lo vinculado a las gestiones de rendición. Con estas palabras, además de manifestar su voluntad incondicional de colaborar en el triunfo, el general Lagos dejaba al General Lonardi la libertad de acción necesaria para la dirección del conjunto, como único jefe del movimiento rebelde.
-En caso de ser atacado por efectivos superiores, lucharé hasta el aniquilamiento! Expuso el general Lonardi en esa entrevista.
Y la enérgica respuesta del General Lagos no se hizo esperar:
-Mi ejército, general –dijo- combatirá también hasta su último hombre…!
Al comenzar el período de tregua, el jefe de la revolución en Cuyo, general Lagos, se dirigió a Córdoba para celebrar una entrevista con el jefe supremo de la revolución, general Lonardi. Le dijo que estaba a su total disposición. Agregó que aprobaría todo lo que dispusiera en lo vinculado a las gestiones de rendición. Con estas palabras, además de manifestar su voluntad incondicional de colaborar en el triunfo, el general Lagos dejaba al General Lonardi la libertad de acción necesaria para la dirección del conjunto, como único jefe del movimiento rebelde.
-En caso de ser atacado por efectivos superiores, lucharé hasta el aniquilamiento! Expuso el general Lonardi en esa entrevista.Y la enérgica respuesta del General Lagos no se hizo esperar:
-Mi ejército, general –dijo- combatirá también hasta su último hombre…!
(Del libro “Así cayó Perón”)
UN PROTOMARTIR
José Alberto Ferrer tenía 22 años y cursaba cuarto año de
medicina. Era católico, como sus padres y como sus abuelos. Un día -19 de Julio-, ante el temor de un asalto al templo de Santo Domingo, se dispuso a cumplir su deber y, en compañía de un amigo, preparaba su arma. De pronto, Dios aceptó la ofrenda de aquella vida, que se iba en sangre… Sus padres lo ofrecieron a Dios como una Hostia. Sus amigos le acompañaron al cementerio. Al regresar de la penosa ceremonia la infortunada madre sostenía al infortunado amigo, autor involuntario de la muerte de José Alberto Ferrer, que en las horas oscuras de la resistencia clandestina, ocupó el lugar de “primer testigo”, es decir, de protomártir.(De “Argentina Cristiana”)
Crucigrama
"Yo tengo la convicción de que, aún siendo muy pequeños, hemos hecho una gran acción, y que ello muestra el designio de Dios de prestarnos especial ayuda". - (General Eduardo Lonardi).
FUENTE: Revista “Nosotros los Muchachos” – Número Extraordinario – Septiembre 1955 – página 60 y 63.
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