Revista Nosotros los Muchachos - Lo que pasó en la Escuela Normal A. Carbo

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LO QUE PASO EN LA ESCUELA NORMAL A. CARBO



Narrado por una alumna

La Escuela N. A. Carbó, ha sido siempre un exponente de seriedad: la fe acendrada y el amor al estudio, férvidamente fomentados por las autoridades de la misma, permitieron que fuera campo propicio para magnífica floración de patriotismo que habría de dar a la Nación el ejemplo sacrificado de una lucha sin cuartel contra los enemigos de la virtud juvenil.

Cuando el Padre (1) Cargnelutti, el año pasado (2), nos habló del desfile de Carrozas (3), nos entusiasmo como que éramos jóvenes.

El 98% de los alumnos quería llevar el distintivo del M.C de J (Movimiento Católico de Juventudes) y no el de la U.E.S. (4), aunque el primero había que comprarlo… (5).

Pasado el desfile vinieron las consecuencias… (6) nuestros oídos tuvieron que escuchar los insultantes discursos del 10 de noviembre (7) y los pronunciados en el “Luna Park” (8). Jamás hubiéramos imaginado que nuestra sencillez juvenil (como la de toda la muchachada cordobesa) hubiera podido provocar expresiones tan vulgares en personas que tenían que darnos ejemplo de mesura y corrección: por supuesto que tuvimos algo de miedo, pero no pudimos dejar de reírnos cuando supimos que “algunos curas se escuenden”… (9) ¿Cómo no se escondió esa gente, llena de vergüenza, después de hacer esos papelones ante el mundo entero que se reía de las chirinadas que sucedían en la Argentina, nuestra amada Patria?

Nuestra ilusión de entonces de entronizar la Imagen de la Virgen, para concluir el año mariano, se diluyó, como tantos otros proyectos. El Club Colegial no pudo seguir trabajando y la U.E.S. se quiso instalar en la Escuela.

Al comenzar el presente año (10) supimos, con tristeza, que no volveríamos a tener clase de religión pues durante las vacaciones habían sido dejados cesantes los profesores, sacerdotes y laicos. Muchos de nosotros nos propusimos seguir estudiando por nuestra cuenta y hasta algunos se presentaron semanalmente a algún sacerdote para que les tomara la lección. (11)

Al poco tiempo llegó la noticia de que las alumnas debíamos usar short en las clases de ejercicios físicos. Esta medida provocó una verdadera revolución interna; las delegadas de cursos tuvieron una reunión mientras la Vicedirectora de la Escuela, Señora de Morales(12), que hacía gestiones ante la superioridad prometió que mientras ella estuviera allí no se iba a usar el short. (13)

Desde entonces comenzó a desorganizarse la U.E.S. que fue mirada con desprecio. Las chicas que habían entrado en ella para hacer un poco de bien, renunciaron y solo quedó un pequeño grupo que se separó del resto de las alumnas.

Demás está decir que nuestra relación tuvo su fundamento en el amor al pudor que nos habían inculcado nuestros padres, maestros y sacerdotes. Por eso nuestras armas fueron el coraje que da la pureza y el vigor de la oración: varios cursos rezaban el Rosario, en conjunto, al acabar las clases del viernes. Nosotros no sabíamos mucho de ciertas cosas que se mentaban como eso de la separación de la iglesia y el estado, del divorcio y tantas otras cosas que llovían a diario desde el Congreso de Buenos Aires. Esta ignorancia acuciaba nuestra inquietud y nos pasábamos los recreos averiguando y fijando posiciones.

Un día se nos hizo pasar al salón de actos. Se nos habló de fe, de pureza, de disciplina: al lunes siguiente la Señora de Morales, la que nos quería como Dios manda, no estaba en la Escuela. Salimos casi todas a la calle para que todos se enteraran de que preferíamos los rigores de la disciplina más bien que los halagos de la adulación.
Fuimos a la casa de la Señora. La policía nos atacó con gases lacrimógenos, por lo que la Señora nos aconsejó que volviéramos a la Escuela. Volvimos, pero no entramos. Estuvimos en la Plaza Colón hasta las 17. Quisieron hablar algunas de la U.E.S. pero no pudieron; enviamos una delegación para tratar con ellas pero no se llegó a un acuerdo. Antes de las cinco había venido la Señora de Morales a la Escuela y nos había pedido que volviéramos a clase. Por supuesto que no le hicimos caso. La U.E.S. declaró ilegal la huelga porque no se había consultado. (14) Eso provocó una renuncia general de lo poco que todavía tenían (15).

El martes continuó la huelga. En un primer momento creíamos que iban a entrar todas, pero con gritos y mucha buena voluntad las hicimos salir.
El miércoles llegó el delegado de Buenos Aires con quien se iniciaron las conversaciones. Entretanto llegaron las vacaciones de julio. Decidimos volver a clase hasta tanto se supiera la actitud del Ministerio de Educación.
Como las cosas seguían tal cual, se inició la huelga interne: se entraba a la escuela pero no a clase. Se nos amenazó, se hizo venir a la policía, etc., etc., hasta que llegó el sumariante de Buenos Aires.
El brutal discurso del 31 de agosto nos asustó bastante. A los pocos días se nos llamó para que
dijéramos el motivo de nuestra ausencia, haciéndonos notar que no se admitirían escusas de índole religiosa, pero, por supuesto, preferimos la doble falta antes que traicionar nuestra conciencia.

Como si todo eso fuera poco llegó la orden de que se nos distribuyera por grupos en los clubes de la ciudad para practicar el deporte. La inminencia de otra huelga y la actitud de nuestras madres nos libró de esa nueva táctica corruptora.

Los días que precedieron a la revolución libertadora nos pasábamos los recreos escribiendo en las paredes el Cristo Vence (y que nos disculpen la Señora de Morales y el empleado que tenía que borrar constantemente).

El 11 de setiembre, día del maestro, hicimos de la casa de la Señora de Morales una florería. Preludio de lo que había de venir cinco días después.
Y ahora cuando ella ha sido repuesta por el decreto del Presidente Provisional de la Nación, nosotros gozamos la dicha de haber defendido nuestra dignidad y la de los que nos quieren bien y hacemos votos para que renuncien a sus cargos algunos personajes que prefirieron exponernos a la pérdida de nuestra fe y nuestra pureza, con tal de no perder ellos sus sueldos.

Elvira Chaar
Alumna de Quinto Año
Delegada huelguista.


FUENTE: Revista “Nosotros los Muchachos” – Número Extraordinario – Septiembre 1955 – páginas 72, 73 y 80.


NOTAS:
(1) Sacerdote católico Presbítero Quinto Cargnelutti.
(2) Se refiere al año 1954.
(3) Carros alegóricos utilizados en los carnavales para simbolizar diferentes y variadas alegorías.
(4) U.E.S.: Unión de Estudiantes Secundarios; entidad oficial, creada por el peronismo, concretamente por el propio Juan Domingo Perón que bajo el argumento de nuclear a todos los estudiantes secundarios de colegios estatales –a modo de sindicato- no solo servía para actividades poco morales del dictador; sino que además reflejaba el carácter fascista de su gobierno sindicalizando en un solo “gremio” no solo a los trabajadores sino a los estudiantes como es en este caso.
(5) Desde el Estado peronista se facilitaba cualquier recurso con tal de que la población se vinculara y dependiera del propio Estado peronista totalitario y fascista. Así, se entregaba gratuitamente o a costo irrisorio todo lo necesario para dicho fin. Claro que su verdadero costo lo pagaba el pueblo entero. Pero a Perón no le importaba mezclar lo partidario y lo nacional. Para él –y sus colaboradores- ambas cosas –partido y nación- se mezclaban.
(6) En realidad los padecimientos por pretender ser libres y auto determinados. El ser libres, el poder elegir era un gran pecado para el régimen peronista.
(7) de 1954.
(8) Hoy sitio de conferencias y espectáculos, era en su origen el ring side y espectáculos pugilísticos de la ciudad de Buenos Aires, pertenece a Tito Lecture. Está ubicado en la manzana entre el Correo Central y la Plaza Roma en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
(9) En realidad, como toda persona de buen hablar sabe, se dice “se esconden”, y la alumna de Quinto Año Elvira Chaar ya lo sabía. Pero en esos años “Educación” y “Peronismo” –en gran medida hoy también- son como el agua y el aceite. No se mezclan.
(10) Se refiere a 1955.
(11) Hasta esos años, en las escuelas del Estado se impartía -para quien así lo quisiera- clases de religión (o para decir mejor catequesis), para quien, por tener otra confesión religiosa, o ninguna se impartía la materia “Moral” que sentaba bases de convivencia generales para todos como el respeto, la virtud, el estudio, la higiene, etc.
Al comenzar la persecución religiosa a la Iglesia Católica desde el régimen peronista, todo esto cambia. Son introducidos libros y educación no ya de “Moral” sino directamente de ideología peronista. Se implanta la educación partidaria dejándose la ciudadana. Caído el régimen peronista, y al tiempo del Concilio Vaticano II, la Iglesia se da cuenta que es mejor tener la catequesis fuera de la Escuela y en las parroquias y no insistir más en ello. Pero de todas formas, el cumulo de socialistas de izquierda que toma la educación con posterioridad, tampoco planteó una educación moral basada en algún programa de estudio, sino más bien, en ninguno aplicando lo que denominan lacismo, o sea una supuesta “no enseñamos nada que no sean las ciencias”.
A primera vista parece razonable, pero en realidad no enseñar nada es enseñar igual. Mucho mejor hubiese sido permitir que quien quiera tal instrucción la reciba.
Este debate se producirá, años más tarde en lo que fue “libres o laicos”, los primeros pretendían la posibilidad que existieran escuelas confesionales (como se logró –por suerte- y hoy existen –en el ámbito privado- escuelas católicas, protestantes, judías, musulmanas, etc.)
Esto trajo la reacción del totalitarismo socialista que ahora pretende ver una mejor calidad en la escuela pública. Cosa que a ciencia cierta no existe. Es difícil que se trabaje por ideales comunes cuando estos no son enseñados.
Pero la política ha hecho que esto no sea cambiado ya que les es útil a los gobiernos no tener este tipo de enseñanza en las escuelas ya que así “bajan línea” en todas las otras (sobre todo las ciencias sociales) según quieran favorecer una ideología u otra. En lo particular pensamos que lo mejor sería volver al sistema anterior y que la calidad de profesional no la da el colegio al que se concurre sino la voluntad en el estudio que se ponga y el propio mérito en procurar ser cada día mejor.
(12) Vicedirectora del Colegio Nacional A. Carbó Señora María Albar Díaz de Morales.
(13) Short del inglés “corto”, se refiere al pantaloncito corto para hacer gimnasia. Lo que decíamos, la U.E.S. fue un invento para la lascivia justicialista y su dictador en detrimento de la dignidad de la mujer a quien pretendió mostrar –además de sus piernas- como un objeto sexual, cosificándola.
(14) A este tipo de “consultas” nos referimos cuando hablábamos de totalitarismo y unicato sindical. Cosa que desde el peronismo siempre se propició esa inconstitucional forma que es el sindicato único.
(15) Las pocas estudiantes que quedaban afiliadas a la U.E.S. se des afiliaron en ese acto.