Comisión 15 Roman A Subiza - Conclusiones

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Conclusiones


El doctor Subiza es uno de los personajes más siniestros del régimen depuesto (1):
a) Por su configuración moral;
b) Por su acción no sujeta a control alguno;
c) Por su mentalidad destinada al logro de sus excesivas ambiciones;
d) Por la fuerza que emana de la impunidad que le dio su investidura y su mando;
e) Por el turbio complejo de su megalomanía.

Subiza, en su vida privada presenta fisuras de anormalidad evidente.
a) La familia legítima es abandonada y no repara en mantener públicas relaciones ilícitas con diversas amantes;
b) Los hijos, carentes de la acción tutora del padre, no han recibido la educación moral en la época en que más la necesitaban. De ahí que, siendo menores de edad, se mezclan en asuntos ilícitos del padre, llegando a liquidar y a repartirse bienes inmediatamente después de ocurrida la muerte del causante;
c) Vive en concubinato con diversas mujeres y de esas relaciones ilícitas tiene hijos con dos de ellas: Edith Peralta y Alcibíades Erminda Echevarría de Subiza; con esta última mantiene matrimonio. A muchas las fotografía para documentar la culpa y garantizar su silencio;
d) Se han comprobado relaciones íntimas del causante con diversas mujeres, entre otras Olga Castaing. Su desquicio moral llega al colmo cuando busca a las esposas de sus amigos en devaneos amorosos e ilícitos;
e) A sus concubinas, a sus familiares, amigos y socios, los vigila y les controla sus comunicaciones telefónicas, cuyas versiones guarda prolijamente y pone a buen resguardo;
f) Con el cúmulo de comprobaciones efectuadas por esta Comisión, queda evidenciado que Román Alfredo Subiza, era un personaje maquiavélico, ególatra, con evidente propensión a la megalomanía, sin traba ni control alguno. Verdadero tipo freudiano.

Subiza mostró prodigalidad con sus amantes, regalándoles inmuebles, alhajas y automóviles de marca.

Subiza aspiró al poder y careció de todo escrúpulo para obtenerlo. Satisface con ello sus aspiraciones de mando, y con él da rienda suelta a sus ambiciones, poder y riqueza. Para obtener esta última, llega a los mayores excesos, a lo inmoral y al delito.

Subiza, no obstante su poder, sufrió de eso que en psiquiatría podría calificarse de “miedo y sonambulismo de los déspotas”

Esta Comisión considera, no obstante, que Subiza es culpable de sus actos, pues no llega a la calificación de demencia y, por ende, a la incapacidad legal.

El miedo al que se hace referencia en el punto 5º del presente, está evidenciado por los artefactos eléctricos de control incautados en una de sus garçonieres ubicada en la calle Posadas, y que había pertenecido a R. Lagomarsino y luego a Juan Duarte, y al fallecimiento de éste, se le negó la restitución de la misma a la madre. En este departamento se hacían grandes orgías, en la que participaban sus propios hijos. También se revela el miedo por la desconfianza que siente por amigos, allegados y parientes, a quienes vigila; por el uso de una cota de malla, que es de pública notoriedad, y por la inquietud que siempre lo embargaba.

Subiza no es un personaje distinto a otros muchos del régimen peronista depuesto. Está formado espiritual y moralmente con la misma argamasa del jefe superior (2). Este último, hábil en la selección de valores negativos.

Subiza, para el nefasto régimen, es cabeza pensante. Es el organizador de todo el mecanismo político del Estado-providencia. Los comandos estratégicos, tácticos y subcomandos, son puestos en práctica por su iniciativa, aunque la originalidad no le pertenece, ya que son creaciones de los regímenes totalitarios foráneos, que sirvieron de guía a la dictadura peronista (3).

10. Subiza, desde el Ministerio de Asuntos Políticos, necesita ejercer predominio en todo el Estado. Para ello fija el radio de su acción y organiza el sistema. La red es compleja, pero hábilmente tendida, como lo demuestra el gráfico que ha sido analizado.
Toda esta actividad política del Estado está concatenada a la célula central que irradia el Ministerio de Subiza. Cuenta con la justicia, a la que dirige y maneja, ya que el Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires lo reestructura luego de la intervención de Rodríguez de Felipe, con personal que le corresponde incondicionalmente.

11. Subiza, para lograr poder y riqueza, necesita formar su equipo humano. La mayoría de ellos son de San Nicolás, donde su influencia es absoluta. Todos carecen de personalidad para enfrentarse con el causante. Colaboran, intervienen en turbios manejos y, llegados a ajustar cuentas ante la investigación, se desahogan y lo enjuician, afirmando que era persona reconcentrada, egoísta, incapaz de saber ser amigo de nadie. Endosan la culpa a él para mejorar posiciones frente a la ley. Es el descargo que da fisonomía a los cobardes.

12. Se trata entonces de verdaderos cómplices, y en el curso de este memorial se ha analizado la participación de cada uno de ellos en los casos ocurrentes. Hay elementos generales que permiten afirmar que existe una organización en banda, para la comisión de delitos. Verdadera asociación ilícita, sin perjuicio de otros delitos particulares que han cometido y que han sido denunciados en su oportunidad.

13. La multiplicidad de hechos investigados y las numerosas personas que giran alrededor de Subiza no han permitido llegar al total esclarecimiento de aquellos, pero no tememos al afirmar que hay pruebas fehacientes para calificar a muchos de ellos de componentes de una verdadera asociación ilícita.

14. Al estudiar los bienes patrimoniales de Subiza, hemos afirmado que posiblemente la fortuna de éste no es la que aparece en la República, y si existen vehementes presunciones de que afuera del país llevó a buen resguardo riquezas mal habidas. El viaje al Paraguay de Olga Ana Castaing y Juana María Kawabata, después de la muerte, que se ha señalado en el curso de este memorial, dan fundamento a esa presunción, aconsejando proseguir las investigaciones por intermedio de los órganos pertinentes.

15. La muerte de Subiza (4) extingue, como se ha expresado, la acción penal (5); pero ni la misma, trágica y violenta, puede ser capaz de extinguir y cancelar en la conciencia de los argentinos la inmensa amargura que significa recordar que en un instante de la vida nacional, personaje de tan siniestra catadura moral pudiera haber llegado a ocupar un Ministerio y dirigir, en parte, los sucesos y destinos de la Patria.

Esta Comisión cierra este informe con el pensamiento de Román Alfredo Subiza, expresado en un lbelo publicado por él, y que dice: “Aunque ningún sociólogo se haya encargado de señalarlo, la verdad es que las colectividades humanas necesitan de hombres al servicio del mal y hasta de delincuentes. El hombre que viola la ley y la enfrenta, es el término de referencia imprescindible para que la virtud brille. Si no hubiera hombres malos, resulta claro que tampoco los habría buenos. Considerado desde este punto de vista, el hombre malo, el perverso, el inmoral, el que delinque, presta a la sociedad un inapreciable servicio.”

Parafraseando el pensamiento de Subiza, decimos: el único comentario que corresponde es que Subiza prestó un inapreciable servicio a la sociedad colocándose en el lugar del hombre malo, perverso, inmoral y que delinque, para hacer brillar la virtud del hombre bueno.

Notas:
(1) Se refiere al régimen peronista. (Nota del transcriptor).
(2) Se refiere a Juan Domingo Perón. (Nota del transcriptor).
(3) Estos son el nazismo, el fascismo y el comunismo. (Nota del transcriptor).
(4) Subiza murió en la Ciudad de Buenos Aires el 18 de junio de 1955 a la edad de 42 años. (Nota del transcriptor).
(5) Según artículo 59 del Código Penal de la República Argentina: “La acción penal se extinguirá: 1º por muerte del imputado…”. (Nota del transcriptor).


Fuente: Documentación Autores y Cómplices de las Irregularidades Cometidas durante la Segunda Tiranía – Comisión Nacional de Investigaciones Vicepresidencia de la Nación - Tomo 1 – año 1958 – páginas 918 a 920).