DEFENSA DEL ARTE Y LA CULTURA (1)
Sr. Nudelman. – Los compañeros de sector han expresado, desde distintos aspectos, nuestro pensamiento en esta materia. Como miembro de la Comisión de Instrucción Pública comparto la trascendencia cultural de este proyecto.
Aclaro –no sé si el señor diputado ha insinuado algún cargo- que todos los proyectos que presenta la Unión Cívica Radical por intermedio de sus representantes tienen urgencia para el país; por eso los presentamos y estamos permanentemente reclamando por su consideración en las comisiones y en el seno de la Honorable Cámara. Es la mayoría la responsable de que los proyectos lleguen al recinto y se debatan, o no, en comisión (2).
Con respecto al problema que se considera, en apretada síntesis afirmo que define nuestro programa y nuestra convicción la creación de condiciones de vida y de cultura que exalten la libertad y la dignidad del hombre. Aspiramos a la emancipación espiritual y a la capacitación técnica, estimulando las artes, las letras y las ciencias.
El artista, lo mismo que el escritor, el periodista y el investigador, todavía resulta para muchos un personaje extraño, digno del mayor afecto y romántica admiración, pero a quien, por falta de comprensión, se condena muchas veces a vivir en la necesidad permanente, cuando no en la miseria y en la desesperación.
Mucho ha evolucionado el teatro, desde la época de Grecia, en que naciera como una derivación de aquellas danzas mágicas, de los conjuros y representaciones mímicas de las tribus primitivas, realizados para ahuyentar los malos espíritus. Alguna importancia tuvieron en la Edad Media, en los juegos rituales, los representantes de los histriones, en los ingenios de la feria eclesiástica, del misterio y del drama litúrgico, y es evidente que siempre siguió guardando hasta nuestros días, relación de desarrollo con la vida político social. El teatro es un instrumento del intercambio cultural y del acercamiento espiritual entre los países, y debe señalarse su vinculación permanente con la música y el arte vocal y coreográfico.
Consideramos que es deber fundamental del Estado defender y estimular en toda forma los valores que son fuerzas propulsoras del progreso. Son los artistas, escritores, poetas, investigadores y hombres de ciencia los que abren los caminos ideales en la selva enmarañada de la incultura y la indiferencia.
Son ellos los que revelan la belleza creadora y predican el desinterés en el corazón materializado de la incomprensión y de la máquina.
Junto con la defensa del agro y de la industria hay que asegurar con medidas de previsión y de justicia las fuentes de nuestra riqueza cultural, sobreponiendo los valores del espíritu a los valores materiales. Eso definirá nuestro ser nacional y nuestra potencia moral.
A los artistas debemos medidas adecuadas de protección y de estímulo Son los depositarios del ayer y los renovadores del mañana, de todo nuestro acervo intelectual y cultural, que dignifican y enaltecen en docencia permanente.
Es desolador el espectáculo de extrema pobreza en que han vivido y viven muchos de nuestros artistas geniales. Artistas, poetas e investigadores terminaron sus días en la mayor desolación y en plenitud de facultades. Recordaré solamente a Florencio Sánchez, Evaristo Carriego, Carlos de Soussens, Alfonsina Storni, Almafuerte, Zonza Briano, Spegazzini, Ameghino.
Decía el gran maestro Joaquín V. Gonzáles –y es verdad todavía- que “nuestro pueblo se halla trabajando por gravísimos males, por peligrosos enemigos interiores que lo arrastran, sin apercibirse, hacia objetivos contrarios a su bienestar, a su seguridad y al destino que le marcaron los autores de su independencia y de sus libres instituciones escritas”. González percibía, entre los males mayores, el desarrollo alarmante de los odios atávicos y domésticos en el combate, en que la propaganda de mayor éxito es aquella que predica el exterminio del adversario, en que se ejercita la afrenta y la calumnia, y en que cualquiera obra individual suscita la contradicción envenenada contra su autor y el deseo de anularla en vez de mejorarla.
Defendiendo la salud de la patria en el ideal democrático, que no es una ficción sino una realidad –decía González- se prepara la primicia de una nación y se levanta un continente hasta el contrapeso del mundo.
Los dominadores políticos modernos solo han aceptado la educación cuando podían adiestrar a los pueblos para la obediencia pasiva o para la naturaleza o título de conquista, y han exaltado la ciencia cuando han visto que ésta creaba y perfeccionaba los instrumentos de la dominación.
Para evitar todo eso, para la obra de verdadera cultura que necesita el país, para superación de nuestro pueblo, para la depuración del alma colectiva, es que nosotros defendemos al artista, al poeta y al investigador, librándolo de la humillación y de la miseria, y también de la claudicación y de la obsecuencia, frente a la persecución de los que obligan a recorrer el alfombrado de las afiliaciones sectarias…
Sr. Miel Asquía.- No es así, señor presidente (2)
Sr. Nudelman. – …los homenajes impuestos para decidir la suerte futura, la pérdida del empleo o el contrato de trabajo.
Sr. Albrieu. – Se está haciendo una obra de teatro por su cuenta. (2)
Sr. Nudelman. – Los compañeros de sector han expresado, desde distintos aspectos, nuestro pensamiento en esta materia. Como miembro de la Comisión de Instrucción Pública comparto la trascendencia cultural de este proyecto.
Aclaro –no sé si el señor diputado ha insinuado algún cargo- que todos los proyectos que presenta la Unión Cívica Radical por intermedio de sus representantes tienen urgencia para el país; por eso los presentamos y estamos permanentemente reclamando por su consideración en las comisiones y en el seno de la Honorable Cámara. Es la mayoría la responsable de que los proyectos lleguen al recinto y se debatan, o no, en comisión (2).
Con respecto al problema que se considera, en apretada síntesis afirmo que define nuestro programa y nuestra convicción la creación de condiciones de vida y de cultura que exalten la libertad y la dignidad del hombre. Aspiramos a la emancipación espiritual y a la capacitación técnica, estimulando las artes, las letras y las ciencias.
El artista, lo mismo que el escritor, el periodista y el investigador, todavía resulta para muchos un personaje extraño, digno del mayor afecto y romántica admiración, pero a quien, por falta de comprensión, se condena muchas veces a vivir en la necesidad permanente, cuando no en la miseria y en la desesperación.
Mucho ha evolucionado el teatro, desde la época de Grecia, en que naciera como una derivación de aquellas danzas mágicas, de los conjuros y representaciones mímicas de las tribus primitivas, realizados para ahuyentar los malos espíritus. Alguna importancia tuvieron en la Edad Media, en los juegos rituales, los representantes de los histriones, en los ingenios de la feria eclesiástica, del misterio y del drama litúrgico, y es evidente que siempre siguió guardando hasta nuestros días, relación de desarrollo con la vida político social. El teatro es un instrumento del intercambio cultural y del acercamiento espiritual entre los países, y debe señalarse su vinculación permanente con la música y el arte vocal y coreográfico.
Consideramos que es deber fundamental del Estado defender y estimular en toda forma los valores que son fuerzas propulsoras del progreso. Son los artistas, escritores, poetas, investigadores y hombres de ciencia los que abren los caminos ideales en la selva enmarañada de la incultura y la indiferencia.
Son ellos los que revelan la belleza creadora y predican el desinterés en el corazón materializado de la incomprensión y de la máquina.
Junto con la defensa del agro y de la industria hay que asegurar con medidas de previsión y de justicia las fuentes de nuestra riqueza cultural, sobreponiendo los valores del espíritu a los valores materiales. Eso definirá nuestro ser nacional y nuestra potencia moral.
A los artistas debemos medidas adecuadas de protección y de estímulo Son los depositarios del ayer y los renovadores del mañana, de todo nuestro acervo intelectual y cultural, que dignifican y enaltecen en docencia permanente.
Es desolador el espectáculo de extrema pobreza en que han vivido y viven muchos de nuestros artistas geniales. Artistas, poetas e investigadores terminaron sus días en la mayor desolación y en plenitud de facultades. Recordaré solamente a Florencio Sánchez, Evaristo Carriego, Carlos de Soussens, Alfonsina Storni, Almafuerte, Zonza Briano, Spegazzini, Ameghino.
Decía el gran maestro Joaquín V. Gonzáles –y es verdad todavía- que “nuestro pueblo se halla trabajando por gravísimos males, por peligrosos enemigos interiores que lo arrastran, sin apercibirse, hacia objetivos contrarios a su bienestar, a su seguridad y al destino que le marcaron los autores de su independencia y de sus libres instituciones escritas”. González percibía, entre los males mayores, el desarrollo alarmante de los odios atávicos y domésticos en el combate, en que la propaganda de mayor éxito es aquella que predica el exterminio del adversario, en que se ejercita la afrenta y la calumnia, y en que cualquiera obra individual suscita la contradicción envenenada contra su autor y el deseo de anularla en vez de mejorarla.
Defendiendo la salud de la patria en el ideal democrático, que no es una ficción sino una realidad –decía González- se prepara la primicia de una nación y se levanta un continente hasta el contrapeso del mundo.
Los dominadores políticos modernos solo han aceptado la educación cuando podían adiestrar a los pueblos para la obediencia pasiva o para la naturaleza o título de conquista, y han exaltado la ciencia cuando han visto que ésta creaba y perfeccionaba los instrumentos de la dominación.
Para evitar todo eso, para la obra de verdadera cultura que necesita el país, para superación de nuestro pueblo, para la depuración del alma colectiva, es que nosotros defendemos al artista, al poeta y al investigador, librándolo de la humillación y de la miseria, y también de la claudicación y de la obsecuencia, frente a la persecución de los que obligan a recorrer el alfombrado de las afiliaciones sectarias…
Sr. Miel Asquía.- No es así, señor presidente (2)
Sr. Nudelman. – …los homenajes impuestos para decidir la suerte futura, la pérdida del empleo o el contrato de trabajo.
Sr. Albrieu. – Se está haciendo una obra de teatro por su cuenta. (2)
Sr. Nudelman. – Cuando reclamamos la libertad la reclamamos para todos; también para el arte y para la ciencia, porque esa atmósfera es indispensable para la cración y el progreso.
Hemos dicho alguna vez que en todos los tiempos el espíritu del hombre ha rendido cruento tributo frente a los negadores de la libertad, la ignorancia, la incomprensión y el sensualismo; pero la libertad, que es norma superior del espíritu, ha sabido resistir todos los embates y asechanzas, y la virtud sublime de su verdad ha trascendido en tiempo y el espacio.
Por su influjo tienen contenido ético y razón las acciones de los hombres, y el cuántum de su medida de las gradaciones del progreso humano en su obra constante de integración y perfeccionamiento.
La ciencia, que investiga la verdad, el arte creador, la economía, el derecho, la justicia, y, en fin, toda especulación generosa del espíritu, que por ser tal es infinita, carece de dignidad y de jerarquía si no se realiza sin límites de coacción y con vistas a una finalidad permanente.
Defender la libertad es defender el espíritu; es trabajar por la verdad y por la patria, imagen superior de todos los anteriores. Por eso la resistencia a la opresión es el imperativo de todas las horas. Trabajando por la libertad se trabaja también por el bienestar individual en coincidencia con los intereses fundamentales del país.
En la defensa de la libertad el arte juega un papel fundamental. En la época de Napoleón se prohibió una obra de Víctor Hugo porque contenía, según el censor, alucinaciones políticas. Víctor Hugo dijo ante el tribunal: “Debe ser respetada mi obra como una de las voces por las cuales habla el pensamiento público. Trátese de la prensa, la tribuna o el teatro, ninguna de esas manifestaciones de la libertad de pensar debe ser clausurada sin peligro inmediato. Por poco que esto continúe algún tiempo más, la confiscación de todos nuestros derechos será completa. Hoy se me toma mi libertad de poeta por un censor; mañana se me tomará mi libertad de ciudadano por un gendarme. Hoy se me expulsa del teatro; mañana se me expulsará del país. Hoy se me amordaza; mañana se me deportará. Hoy el estado de sitio está en la literatura; mañana estará en la ciudad.”
Y tenía razón Víctor Hugo. Junto con la posibilidad de trabajar que brindará este proyecto, al que ofrecemos nuestra más cálida adhesión, es también indispensable abrir todas las compuertas para los artistas afiliados y no afiliados (3). Todos son igualmente dignos, con igual derecho a ganar el pan de cada día, cualquiera sea su afiliación política y sus ideas. (¡Muy bien! Aplausos.)
El teatro, el cine y la radio no pueden ser patrimonio del sectarismo político. No hay que olvidar que los gobiernos pasan y quedan a veces los odios y malos ejemplos.
Hay que evitar también, como hoy ocurre, la persecución en forma de certificado de buena conducta o de registros especiales (4), que se demoran deliberadamente respecto del opositor o del no obsecuente.
-Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Nudelman. - No se exalten los señores diputados.
Voy a probar la exactitud de lo que afirmo, dando algunos nombres: Francisco Petrone, Arturo García Buhr, Orestes Caviglia, María Rosa Gallo, Juán José Castro, Libertad Lamarque, Niní Marshall, Carlos A. Taquini, Atahualpa Yupanqui, Bernabé Ferreira, Francisco de Paula, Horacio Torrado y muchos otros han tenido que ir al exilio, porque no podían trabajar en la República.
-Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Presidente (Benitez). – La presidencia invita al señor diputado por la Capital a volver a la cuestión. (2)
Sr. Miel Asquía. – Vamos a regalarle un receptor de radio para que escuche a Atahualpa Yupanqui.
Sr. Nudelman. - Sé que algunos pocos argentinos se les ha levantado la interdicción después de transar y que hoy trabajan; pero es necesario asegurar la vuelta de los dignos y libres que faltan, y evitar que los hechos se repitan.
La nueva ley debe asegurar trabajo igual para todos.
El proyecto que considera la Honorable Cámara hemos dicho ya que merece nuestra mayor simpatía y solidaridad, en defensa de la cultura y de los artistas…
-Hablan varios diputados simultáneamente.
Sr. Nudelman. - En las condiciones de libertad que deseamos en la aplicación de la ley se proveerán nuevos valores y nuevos medios de vida que hoy están limitados tanto en el teatro como en el cine y la radiotelefonía y que se restringirán más aún con el proyecto del Poder Ejecutivo que ha tenido entrada y que pretende asignar a tres entidades el monopolio de toda la radiotelefonía del país.
En otro orden de ideas, la actividad artística no ofrece posibilidades permanentes en el mismo sitio de trabajo, porque el valor de cotización obliga al cambio de elementos para renovar el interés del público. De ello surge la necesidad de hacer jiras, incluso por el exterior, hasta a veces con mejores perspectivas económicas.
Hay casos concretos que refirman la necesidad de contemplar este aspecto particular que señala el proyecto del señor diputado Ferrer Zanchi en materia de porcentaje de artistas nacionales, para evitar las represalias…
-Hablan simultáneamente varios señores diputados.
Sr. Nudelman. – Muchos son los actores que trabajan en el extranjero periódicamente. Tal es el caso del actor Pepe Iglesias en España, que trabaja en el cine, teatro y radio; las recientes jiras de Sandrini, Paulina Singerman, Zully Moreno, Laura Hidalgo, por diversos países de América y España; los casos particulares de Libertad Lamarque y Niní Marshall, que espero puedan volver a trabajar en el país, lo mismo que María Rosa Gallo y Orestes Caviglia, magníficos exponentes de valor moral en la defensa de su arte.
En todos los países, sobre todo en los de América del Sur –Uruguay, Brasil, Perú, Venezuela, Colombia- y en España, Portugal y Francia, se recibe a nuestros artistas con particular devoción. Para no perjudicar a la cultura argentina es indispensable favorecer, por la reciprocidad, la posibilidad de que los artistas extranjeros puedan llegar a nuestros escenarios. La restricción de dos años que se establece en el proyecto del diputado Benítez y otros nos parece un grave error.
Es por eso que nosotros creemos que en el porcentaje que se sugiere en el proyecto de nuestro sector está la posibilidad de la defensa del artista nacional, en cuanto se le asegura la posibilidad de mayor trabajo en el país; y al mismo tiempo se evita la represalia del exterior, que crearía serias dificultades para los que puedan trasladarse a los países amigos donde tienen particular aceptación.
En ese margen de números nacionales creemos que deberán entenderse como artistas argentinos a los nativos y a los nacionalizados, cualquiera sea la nacionalidad del arte que interpreten.
Nosotros tenemos una real preocupación por el problema. El señor diputado por Santa Fe ha creído ver en las expresiones de alguno de los compañeros de sector una pasíon política llevada al extremo. Esas son sus palabras. Sí, señor diputado, tenemos una gran pasión, noble y generosa pasión, por las cosas que hacen a la defensa del mejor desarrollo del país y su cultura.
(Aplausos.)
Nosotros creemos siempre –y ponemos pasión porque defendemos al país con desinterés, y, a veces, también con sacrificio- que del entrechocar de las ideas saldrá la mejor posibilidad. Aún en los momentos de mayor pasión política en este propio recinto, los hombres de nuestro sector trajeron el aporte de sus ideas, de su cultura y de su capacidad científica al servicio de la perfección de la ley.
Tampoco hay que hacer demasiada cháchara alrededor de los derechos del trabajador, y con esto contesto a otros señores diputados. Los patriotas que iniciaron su jornada en los pórticos de la historia propugnaban el derecho al trabajo y posibilidades de vida, como uno de los deberes esenciales del Estado. La carta del trabajador ya era ley de la Nación antes de ser incluida en la Constitución de 1949, que suprimió la libertad sindical y el derecho de huelga.
Está también en los fundamentos del Tratado de Paz de Versalles de 1919, en la conferencia de la Organización Internacional del Trabajo de 1944 y en la conferencia de México de 1945.Está en las encíclicas, en el derecho natural y en los principios elementales de moral y de humana convivencia.
-Varios señores diputados hablan a la vez.
Sr. Nudelman. – Se ha afirmado que inspira esta ley un sentido de justicia para esta nueva Argentina. Sí; pero que no sea, como hasta ahora, la justicia del justicialismo, es decir sin justicia; que ha llenado las cárceles con rehenes políticos, que ha hecho vivir en estado de guerra interno desde hace dos años, que ha torturado y que ha suprimido los derechos de reunión y de prensa.
Sr. Atala. - En todos los países del mundo y bajo todos los gobiernos, los delincuentes están en las cárceles. (5)
Sr. Nudelman. – No nos podemos reunir en las calles públicas para exponer nuestras ideas.
-Varios señores diputados hablan a la vez, y suena la campana.
Sr. Nudelman. – Para terminar, expreso que espero se recoja sin demora la voz de la historia y el anhelo que palpita en el corazón de los argentinos volviendo a la normalidad institucional por el camino de la Constitución y de la ley igual para todos; único camino en que podrán entenderse los hombres dignos. Justo con ello, expresamos nuestro deseo de que en la tierra nuestra ningún artista, cualquiera sean sus ideas, sufra en lo sucesivo persecución o destierro, para que pueda entregarse sin inquietud ni zozobra a sus tareas en servicio de la cultura del país.
(¡Muy bien! ¡Muy bien! Aplausos. Varios señores diputados rodean y felicitan al orador.)
Fuente: “Justicia Social”, Santiago Israel Nudelman – Buenos Aires 1953 página 141 a 151.
NOTAS:
(1) Discurso pronunciado por el diputado Santiago Israel Nudelman en la Cámara de Diputados de la Nación.
(2) Prepotencia, intolerancia y esa creencia de “ser los fundadores de la patria” –características del peronismo- se muestran en esa expresión del señor diputado Gómez fuera de lugar y sin sanción de la presidencia de la cámara también ejercida por un peronista. El varias ocasionas la mayoría peronista utilizara esta herramienta para silenciar a los solo siete legisladores opositores que tiene la oposición durante los años del mandato de Nudelman. Con sentido antidemocrático y totalitario, la reforma al sistema electoral impulsada por el tirano Perón hizo que injustamente en relación a los votos obtenidos, la oposición solo contara con escasas bancas. Esta abrumadora mayoría y la ideología totalitaria del peronismo hacían que cuando querían callar a un opositor decidieran por “votación” cerrar el debate, o “que estaba fuera de la cuestión” o simplemente vociferaran expresiones con el acordado silencio de la presidencia de la Cámara también peronista. Lo más importante para el régimen peronista era que se ocultara siempre y a todo precio los abusos de poder y para eso, cualquier método era válido. En otros casos provocan respuestas que después pretenden disimular como “estar fuera de la cuestión”. Aquí observamos como Nudelman se queja de esa demora permanente para el tratamiento de los proyectos que el bloque opositor presentaba, otra forma de callar a la oposición que encontró la tiranía.
(3) Al Partido Peronista.
(4) Certificado propio de regímenes totalitarios –como actualmente el cubano de Fidel y Raúl Castro- por el que no se puede salir del país si no se obtiene, que en la práctica implica cercenar el derecho de libre tránsito que tienen los seres humanos. Hace poco, se permitió –luego de mucha presión internacional- que Cuba dejara salir a Hilda Molina para viajar a la Argentina.
(5) ¿Habrá estado Cámpora en este debate? ¿Lo habrá escuchado al diputado Atala? Porque cundo fue presidente libero a todos los delincuentes condenados por terrorismo quienes generaron mas terrorismo durante una década hasta 1980.
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