Lo que usted encontrará en estas páginas son documentos históricos del período, sus transcripciones textuales y comentarios con citas y notas para comprenderlos mejor. Lea aquí la historia del peronismo que se oculta, se niega o tergiversa para mantener un mito que no es.

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TENGA EN CUENTA: Que vamos publicando parcialmente las transcripciones a medida que se realizan. El trabajo propuesto es ciertamente muy extenso y demandara un largo tiempo culminarlo. Por eso le aconsejamos volver cada tanto para leer las novedades.

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Comisión 12 Comisión Nacional de Energía Atómica (Conclusiones y Recomendaciones)

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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

El aspecto científico

1º - El “caso Richter” que comprometió el prestigio y la seriedad científica del país, fue un fracaso completo. Sus experiencias no condujeron a ningún resultado y nunca presentó pruebas que tuvieran el más mínimo indicio de éxito. Esto no fue un inconveniente para que el sueldo, fijado inicialmente en $ 5.000 mensuales, se aumentara gradualmente hasta la suma de $ 20.000 mensuales.

2º - Ronald Richter carecía totalmente de los antecedentes científicos que hubieran justificado que se tuviera confianza en sus promesas o que se le facilitaran cuantiosos bienes del erario público.

3º - Si antes de confiarle la realización de su costoso proyecto se lo hubiera enfrentado con físicos argentinos, se hubiera puesto en evidencia su incapacidad para realizarlo.
En sus declaraciones ante esta Comisión Investigadora y en otros documentos ha incurrido en groseros errores respecto de conocimientos elementales de la física, que no serían excusables en un alumno universitario de esta materia. Ha demostrado, además, carecer de criterio crítico experimental.

4º - Se ha comprobado que su pretendido secreto acerca de la posibilidad de controlar reacciones termonucleares no existió nunca. Sólo ha expuesto nociones vagas, algunas de ellas anticuadas y otras disparatadas. Las afirmaciones que ha hecho últimamente están inspiradas en publicaciones posteriores a su actuación en Huemul y son también equivocadas, aun teniendo en cuenta el estado actual de la cuestión.

5º - Nunca cumplió, ni aproximadamente, sus reiteradas promesas de liberar la energía atómica y obtener radioisótopos mediante reacciones termonucleares controladas.

6º - El principal responsable científico de la iniciación y prosecución del denominado “Proyecto Huemul” fue el ingeniero Kurt Tank, actualmente ausente del país, quien aprovechó de su prestigio de constructor de aviones para apañar la aventura de su amigo. Tank fue uno de los técnicos alemanes que actuó en Córdoba con falsos documentos de identidad según publicaciones recientes.

7º - Ronald Richter afirmó repetidamente ante esta Comisión Investigadora que el reverendo padre Bussolini fue quien avaló desde un principio sus proyectos desde el punto de vista científico. No está probado que haya propiciado la realización del “Proyecto Huemul”, con anterioridad a la declaración pública del ex presidente Perón anunciando su éxito (24 de marzo de 1951); salvo en forma genérica, alentando, como lo hizo, “cualquier proyecto que significara un enrolamiento argentino en el comercio mundial de la energía atómica”.

8º - Posteriormente a dicha declaración el reverendo padre Bussolini expresó ante el ex presidente perón que en ciertos espectogramas que le mostraron y a los cuales examinó sólo visualmente aparecían en la región ultravioleta halos inexplicables en un espectro común. “Que podrían admitirse como manifestaciones de liberación de energía atómica”. Ellos no son, sin embargo, ni siquiera un indicio de tal cosa.

9º - El reverendo padre Bussolini, no es fisco, integró una comisión de expertos que fue a Bariloche para dictaminar sobre la labor de Richter. Después de tratar, justamente con sus compañeros de Comisión, cuestiones científicas con Ronald Richter, llegó a formarse, según consta en sus informes, un alto concepto sobre su sabiduría y su capacidad para las realizaciones experimentales. Contrasta con este juicio encomiástico su juicio despectivo en grado sumo con respecto a los otros miembros de la Comisión. Sus opiniones en tal sentido demoraron, sin duda, por algún tiempo, el abandono del desgraciado proyecto.

10º - Esta Comisión Investigadora no ha tenido conocimiento de ningún físico o ingeniero argentino que haya apoyado el “Proyecto Huemul”. En particular, los técnicos de la Dirección Nacional de la Energía Atómica expresaron firme e invariablemente la opinión adversa, no obstante los riesgos que esa actitud importaba; pero no pudieron hacer públicas sus opiniones porque se les hizo saber que serían pasibles de las sanciones que correspondan a quienes atentan contra la seguridad de la Nación. Toda tentativa de complicarlos con aquel fracasado proyecto, sea franca o insidiosamente, es por tanto producto de ignorancia o de mala fe.

11º - Contrastado con esta actitud de los círculos científicos y técnicos argentinos, el entonces rector de la Universidad de Buenos Aires se apresuró a otorgar a Ronald Richter, y desde luego sin asesoramiento técnico, el título de doctor “honoris causa”, sólo dos días después del mencionado anuncio del ex presidente Perón, quien firmó el correspondiente diploma.

Costo del proyecto Huemul

12º - El costo del “Proyecto Huemul” fue, en números redondos, de sesenta y dos millones y medio de pesos ($ 62.428.731,82), según constancia documentadas existentes en la Comisión Nacional de Energía Atómica. Este enorme costo incluye los sueldos y sobresueldos pagados a la guardia destacada en Bariloche; y todo lo invertido para aquel proyecto, cualquiera fuese el origen de los pagos. Este origen ha sido establecido para la mayor parte de los respectivos fondos; de otra parte del resto, unos diez millones de pesos ( $ 9.819.235,90) no pudo establecerlo la Contaduría General de la nación por la urgencia con que se le pidió el informe.


El aspecto administrativo

13º - Se ha puesto en evidencia un inadmisible desorden administrativo, en el sentido de que se confirieron a Ronald Richter poderes absolutos, que utilizó discrecionalmente y que le permitieron, sin deber dar cuenta a nadie, ordenar la realización de costosas construcciones y luego su demolición a menudo antes de estar terminadas o de ser utilizadas; dar de alta y/o despedir personal de toda jerarquía; fijar sueldos y sobresueldos, etcétera. Todo lo cual revela una extraordinaria desaprensión respecto de cuantiosas dilapidaciones de fondos del erario público.
Esta Comisión aconseja poner el hecho en conocimiento de la Junta nacional de Recuperación Patrimonial.
El expediente ha sido devuelto al señor director nacional de la Energía Atómica de cuya dirección provino.
No está probado, sin embargo, que ello obedeciera a un propósito inconfesable, y menos aún a intención delictuosa. En este aspecto la investigación no ha podido ser exhaustiva, por las causas que se mencionan en el informe.
Según un informe del señor contador colaborador de esta Comisión, el monto total de las inversiones documentadas en igual a la suma de los ingresos de toda procedencia.

14º - El principal responsable de aquel despilfarro de los dineros públicos fue, sin duda, el ex presidente Perón. A este respecto es asombrosamente ilustrativa la carta que él dirigió a Ronald Richter, escrita de puño y letra, designándolo “mi único representante en la isla Huemul, donde ejercerá por delegación, mi misma autoridad”.
Pero también participa de aquella responsabilidad el señor coronel (R.) don Enrique P. González que fue secretario de la Comisión Nacional de la Energía Atómica durante casi todo el tiempo en que se hicieron las investigaciones para el “Proyecto Huemul”.

15º - A causa de las repetidas contradicciones y falsas manifestaciones en que ha incurrido Ronald Richter esta Comisión aconseja remitir todas las respectivas actuaciones al ministerio público, a los efectos a que hubiere lugar.

Otros asuntos

16º - Además del “caso Richter” esta Comisión Investigadora (Nº 12) ha diligenciado otros asuntos consignados en el capítulo IX del informe, de los cuales sólo se mencionan a continuación los más significativos y/o que requieren trámites ulteriores.

17. Asunto Miguel C. Roberts (Capítulo IX, Nº 7, siete). – En la investigación que con anterioridad realizó la Dirección nacional de la Energía Atómica, y cuyas conclusiones esta Comisión aprobó, se llegó a comprobar un recargo injustificado del 32 % en los precios de adquisición de instrumental científico en Estado Unidos, Inglaterra e Italia, lo que importó un aumento total de 118.400 dólares americanos, sin tener en cuenta otros 36.880 dólares por diversos gastos; ni los gastos de pasajes ($ 33.591,90 moneda nacional).

18º - Asunto Roger V. A. pascal (Capítulo IX, Nº 8, ocho). – Se trata de un juicio en que se procura la restitución de $ 2.000.000, en números redondos. El original del sumario respectivo fue enviado a la justicia, de tal modo que la defensa de los intereses del Estado está en manos del señor procurador general del tesoro. No obstante, esta Comisión aconseja poner el hecho denunciado en conocimiento de la Junta Nacional de Recuperación patrimonial.

19º - Asunto informe Saborens (capítulo IX, Nº 9, nueve). – Se trata de la adquisición de un “documento” secreto que habría sido substraído de la cancillería de Hitler. La negociación se realizó en Europa por intermedio de dos emisarios, uno de los cuales actuó como asesor técnico, que lo fue el capitán (R.) don Manuel Beninson. En el documento se pretende dar datos de suma importancia –dudosamente fidedignos- sobre la bomba atómica, como también otras revelaciones evidentemente absurdas. Se pagó, por todo esto, $ 2.000.000 moneda nacional.
Esta Comisión considera que no le corresponde ulterior actuación en este asunto; por cuya razón ha devuelto toda la documentación a la Dirección Nacional de Energía Atómica, de la cual provenía.

Fuente: Documentación Autores y Cómplices de las Irregularidades Cometidas durante la Segunda Tiranía – Comisión Nacional de Investigaciones Vicepresidencia de la Nación - Tomo 1 – año 1958 – páginas 680 a 683).

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